Sara Escudero

Desde la muralla

Sara Escudero


Camino a la escuela

18/06/2021

Viernes 18 de junio 2021, parecía imposible en septiembre del 2020, pero estamos dando los últimos coletazos al curso escolar de la no-nueva o sí-nueva normalidad. Último sprint a notas, graduaciones, cierres de ciclos, otras perspectivas y nuevos comienzos en los trimestres de la vida.
Ya estamos contando los últimos días que nos quedan para ir camino a la escuela, por senderos muy diferentes y en muchos casos abruptos. Los días se alargan, San Juan llega y el sol nos recuerda que llegan los momentos del merecido descanso para seguir aprendiendo otras cosas de la vida que no están únicamente relacionadas con horarios, organización, responsabilidades, compromiso y en el último punto tareas y temas de libros de texto,
«Camino a la Escuela», excursiones al conocimiento como diría Pascal Plisson en su exitoso documental donde a través de las historias reales de cuatro niños, Jackson, Carlitos, Zahira y Samuel conocemos las batallas diarias en la lucha contra las adversidades y peligros para llegar a la escuela. Historias tan reales y extraordinarias, en los cuatro puntos cardinales del planeta, donde solo hay una única cosa en común: las mismas ganas de aprender. Viajes de cuatro horas por montañas nevadas, carreteras inundadas o llenas de tráfico, horas de caminata con calzados inadecuados, niños y niñas… Y como estas cuatro, miles más que reflejan que no solo el llegar físicamente es el gran reto, sino el continuar, estudiar a pesar de la escasez de recursos, el seguir los deberes a pesar del frío o el preparar los exámenes después de ayudar a mantener la familia. Son otras graduaciones, otros títulos que se añaden al que te otorgan con la matrícula y que te posicionan en la vida con una visión muy diferente a la de no ir al cole porque llueve o el llegar tarde porque no me llevan en coche estando a 15 minutos a pie por aceras seguras y anchas.
Me imagino que todas las aulas del planeta han visto este documental en tutorías, en matemáticas, en latín o historia. Supongo que es tan obligado como la tabla del 7, el sujeto, verbo, predicado y el rosa-rosae. Y si hasta hoy no ha sido «obligatorio» verlo en primero de escuela, quizá el verano sea una buena oportunidad para unas palomitas y verlo en segundo de familia como algo imprescindible en el currículo de la vida.
En estas últimas décadas, la educación ha dejado de ser ese gran privilegio de todos para convertirse en una obligación que pesa tanto como las mochilas diarias. Pero una escuela, un colegio, un centro, una universidad, cualquier punto formal o no formal de educación es una gran puerta en busca de un porvenir mejor. El viaje al mundo crítico, al pensar, al inconformismo, al querer saber más y más, a los idiomas, al mundo que nos rodea. La educación es nuestra cita diaria con el aprendizaje es una muestra de coraje, determinación, esfuerzo, apertura de miras. Afortunados aquellos que vayan a la escuela, porque tendrán una capacidad crítica de aprendizaje, una mente abierta al futuro preparada para el saber. 
Es cierto que muchas veces cuesta motivar y motivarnos. Quizá ese es el punto de inflexión clave de la enseñanza - aprendizaje: llegar a esa alineación de las estrellas donde confluyan los caminos y valoremos la oportunidad de aprender. Difícil tarea queridos maestros y maestras. Complejo encontrar el punto en el espacio para la confluencia estelar. Difícil, pero necesario. Gracias por creer que no es imposible y seguir cada día gamificando, diversificando, haciendo magia y conquistando corazones.
La escuela es una oportunidad: ¡Despierta mundo! La vida no está en los realities ni en las islas, ni en los perfiles de los youtubers. La vida nace en la familia, en las en las aulas, en las páginas de un libro, en la historia que no queremos que se repita, en las teorías que otros descubrieron y tenemos que mejorar. La vida es la graduación de la propia vida. No es tu curriculum Vitae, es la derivada del conocimiento, la ecuación que confluye en las ganas, el comentario de texto que incluye el respeto por las ideas, el recreo de compartir con mis compañeros y el saber que el límite tiende al infinito y solo se puede multiplicar por las ganas y jamás dividir por el miedo y la rendición.
¡Despierta mundo! Que ansiamos de personas graduadas en el saber, el conocer, el pensar y el sentir. Graduadas en ser parte de la historia viva de la familia, amigas y acciones sociales en el entorno. Graduadas en VIVIR. En el devenir de la vida, siempre quedarán las personas graduadas en ser buenas personas.