Poco parece durar la alegría en 'Can Barça'. Un día después de que el equipo terminara de ilusionar a la afición con una pretemporada para enmarcar, con un 'crack' como Robert Lewandowski y fichajes de relumbrón (con Jules Koundé y Raphinha, entre otros), estalló la 'bomba':el club ve indicios de delito en las renovaciones de Frenkie de Jong, Clement Lenglet, Marc-André ter Stegen y Gerard Piqué que Josep Maria Bartomeu hizo una semana antes dimitir como presidente.

Yes que el 20 de octubre de 2020, el antecesor de Joan Laporta renovó al canterano hasta 2024, al alemán hasta 2025 y al francés y al neerlandés hasta 2026. Los cuatro futbolistas implicados aceptaron rebajarse el suelo esa temporada 2020/21, a cambio de renovar al alza sus respectivos contratos.

Según la junta directiva anterior, estas cuatro renovaciones supusieron un ahorro salarial de entre 16 y 18 millones de euros, unos 30 millones contando amortizaciones. Sin embargo, la cúpula actual estima que esas fichas «absolutamente desorbitadas y fuera de mercado» que estos cuatro jugadores pasaron a cobrar con la ampliación contractual suponen un sobrecoste salarial para las arcas de la entidad de 311 millones de euros.

El objetivo de la entidad azulgrana es que estos contratos queden sin efecto y que los jugadores acepten las condiciones en las que estaban antes de firmar estas renovaciones ya que, según sus servicios jurídicos, en esas ampliaciones contractuales ve ndicios de un delito de administración desleal de la anterior junta directiva. 

El impacto negativo de la pandemia hizo que el club ideara esa fórmula contractual para retener a los cuatro futbolistas. 

En el caso de que prospere esta nueva estrategia del Barcelona, la masa salarial del club adelgazaría de un modo considerable, facilitándose de esta manera que se puedan inscribir los nuevos fichajes.  

Llama la atención que a primera hora de la mañana el señalado fue Frenkie de Jong, un jugador al que el club culé está intentando vender a toda costa pues tiene muy buen mercado. El Manchester United ofreció por él 85 millones de euros (entre fijos y variables) y ahora es el Chelsea el que se ha puesto en contacto con el club y el centrocampista, si bien este se niega en redondo a dejar el equipo.   

Pero ahí no terminan las malas noticias para el Barça, ya que según diversos medios, LaLiga está presionando a la entidad para que active la cuarta 'palanca' y siga vendiendo patrimonio, ya que no le convencen los argumentos esgrimidos por Laporta y su equipo para poder inscribir a todos sus fichajes en una competición que echa a andar en unos días.