¿Caseta de aperos o vivienda?, la justicia decide

I.Camarero Jiménez
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El ex alcalde de Hoyocasero, Alejandro Picós, y uno de sus hijos se sientan en el banquillo de la Audiencia Provincial por un presunto delito contra la ordenación del territorio tras unas obras realizadas en una finca propiedad del segundo

¿Caseta de aperos o vivienda?, la justicia decide - Foto: David Castro

La Audiencia Provincial de Ávila deberá decidir si hubo o no delito contra la ordenación del territorio por parte de los dos acusados en un juicio que comenzó este miércoles  y que continúa este viernes. Precisamente en la primera sesión celebrada ayer se tomó declaración a los dos acusados y a diferentes testigos.

Los hechos se remontan al 2017 y sientan en el banquillo a quien entonces fuera el alcalde de la localidad de Hoyocasero, Alejandro Picós y también a su hijo, Iván Picós. El Ayuntamiento tramitó entonces a petición del segundo acusado una licencia para la ampliación de una caseta de aperos que posteriormente fue concedida. Sin embargo una vez iniciadas las obras llegó, momentos antes de la celebración de un Pleno en la localidad, una denuncia anónima poniendo en tela de juicio que aquellas obras fueran legales puesto que denunció que el hijo del alcalde lo que estaba haciendo era construirse en terreno no urbanizable una vivienda para uso residencial. En caso de ser cierto la licencia concedida, al ser de obra menor, no sería la adecuada pero puesto que el terreno no es, ni era urbanizable tampoco podría haberse llevado a cabo una vivienda.

acusación y fiscalía. La acusación popular formula  escrito de acusación contra IPB (Iván Picós) y APG (Alejandro Picós) en base a las siguientes conclusiones provisionales. En el caso de Iván Picós y al amparo de una licencia de obras para la ampliación de una caseta agraria ha ejecutado en lugar  distinto de la parcela y en el que no existía edificación alguna, una obra nueva: de 12x10 metros de planta (con porche y suelo hormigonado incluido) dividido en tres estancias más la principal, con chimenea, acometida de agua y desagüe, preinstalación de sistema eléctrico y alumbrado, con una estancia que parecería dedicada a baño alicatada en sus paredes y ventanas de PVC en todas las estancias, entendiendo que cubre «los servicios básicos que requiere una construcción para ser destinado como vivienda, según el informe elaborado por la Guardia Civil y que, según informe del Servicio Territorial de Fomento de la Junta «la tipología edificatoria y volumétrica de la misma, jamás podrán considerarse propias de una caseta de aperos sino, más bien se trata de una construcción de uso residencial con tipología de vivienda aislada». La obra se encontraría en aquel momento a falta de remates.  Para ello, continúa la acusación popular (que por cierto ejerce Félix Jiménez,  quien fuera uno de los concejales del equipo de Alejandro Picós), no hubo solicitud de licencia de obra mayor, ni proyecto, ni autorización de uso excepcional. Hay más asuntos y es que la petición de licencia de obra menor fue rellenada y presentada por el padre de Iván, esto es, por el propio alcalde cuya empresa además estaba detrás de las obras y dictando, además y como alcade que era, decreto para la concesión de licencia. Todo según la acusación particular.

En el caso de Alejandro Picós, ésta también esgrime que omitió la realización de inspecciones en la obra y asegura que tuvo participación activa en el proceso administrativo e incluso aportando material de obra y dictando el decreto de concesión de licencia, un hecho éste ante el que se tendría que haber abstenido.

Aseguran además que toda vez llegó la denuncia anónima momentos antes de un Pleno (celebrado el 26 de febrero de 2018 ) e informando de que la obra no era conforme a la licencia, el alcalde  omitió solicitar informe por escrito al arquitecto municipal ni tan siquiera le pidió que hubiera una inspección ocular. Una actitud que recriminan no se producen cuando el promotor no es su hijo. 

El escrito de acusación del Ministerio Fiscal pero en la misma línea que la acusación popular. Entienden que Iván Picós con licencia de obra menor para ampliar la caseta de aperos realizó obra nueva para uso como vivienda residencial para lo que no tenía licencia ni podría tenerla por no ser este uso permitido en la zona. Entienden también que las obras, en parcela distinta a donde estaba la caseta tendría unas medidas de 10X12 metros, seis ventanas, puerta de aceso, porche, chimenea o tomas de agua.

Ante ello los primeros en prestar declaración fueron los propios acusados. Ambos, padre e hijo, contestaron las preguntas tanto de sus abogados, como de la Fiscalía y de la acusación particular. 

autorizable y legalizada. Por su parte, los abogados tanto de Iván Picos como de su progenitor, Alejandro Picós, centraron su defensa especialmente en el hecho de que la actuación que se enjuiciaba estaba exenta de delito entre otras cosas porque desde el año 2020 la citada construcción «era autorizable y estaba legalizada» después de realizar una actuación mínima sobre la misma, «del 3% de la obra». Por todo ello incluso pidieron el sobreseimiento de la causa, al que no hubo lugar por decisión de la Presidencia de la Audiencia. Además los abogados de la defensa no estaban de acuerdo en las medidas que en todo momento Fiscalía y acusación aportaban sobre la edificación que está en tela de juicios pues estos hablaban de 10x12 y los abogados de los acusados, de 7x5 metros y porche.

Iván Picós en su testimonio aseguró que su padre fue ajeno a las obras, que no le preguntó en ningún momento por ellas, que obedecía a lo solicitado en la licencia, que por cierto delegó en su padre la petición por una «cuestión práctica», que la construcción no tenía acometidas de luz y sí, tan sólo un grifo para lavarse o para dar agua al ganado o que la obra la realizó el sólo en sus ratos libres para hacer allí una caseta de aperos y con material reutilizado de otras obras que guardaba en la parcela (como lo sigue haciendo ahora).También que la intención era ampliar sobre la caseta vieja pero se derrumbó en gran parte y cambió de ubicación, así como que el arquitecto municipal acudió dos veces a ver las obras. Obras que «nunca, jamás, fueron para hacerme un chalé».

Por su parte, el padre de Iván y también acusado, Alejandro Picós,  aseguró estar jubilado de la empresa de construcción aludida en el momento de pedir la licencia, que sí solicitó él la licencia en nombre de su hijo y que la rellenó porque no estaba firmada; también que «por despiste» no se abstuvo a la hora de conceder la licencia pero que tampoco fue advertido por la secretaria. Cuando llegó la denuncia anónima antes de un Pleno se llevó el asunto a la sesión plenaria y se comprobaron los expedientes, algo que también reconoció la secretaria y el actual alcalde de Hoyocasero, Javier González (entonces concejal del Ayuntamiento por el PP, partido diferente al del alcalde acusado, que es del PSOE). Secretaria y antiguo edil fueron parte de los testigos interrogados este miércoles, además de los miembros del Seprona que realizaron la inspección ocular en la finca denunciada.

Por cierto que Javier González, alcalde de 2019 fue quien firmó en 2020 el decreto de legalización de la actuación enjuiciada ayer en la Audiencia. 

En esta legalización precisamente hicieron especial hincapié los abogados de la defensa, en ello y en que no ha habido voces en contra en todo este tiempo desde que se legalizó hasta ahora.

La secretaria por su parte fue interrogada para aportar luz sobre el proceder habitual en materia de inspecciones o sobre el hecho de que el alcalde solicitara de viva voz y no por escrito al arquitecto que acudiera al lugar de las obras para ver si se ajustaban a la legalidad, algo que aseguró era lo habitual, cosa que también ratificó Javier González.

También los agentes del Seprona fueron interrogados y su testimonio se centró en lo que vieron cuando acudieron a realizar una inspección ocular en la que quedó claro que vieron «indicios»de que la caseta de aperos no era tal y sí se asemejaba más a una vivienda residencial, tanto por las tomas de agua: algunas, a su juicio tapadas con yeso en los días previos a la inspección o por el solado de la caseta o por la división de habitaciones o el uso de materiales de alta calidad. En definitiva este viernes será el momento de las «periciales» en un juicio que se prevé quede entonces visto para sentencia y que deberá determinar si la construcción que se enjuicia es de aperos o vivienda y que responsabilidad tienen los acusados.