Hoy el lunes dominguero
de los políticos pasa
y dedica este romance
de heroísmo y alabanza
al más grande deportista
que ha parido nuestra España,
«Rey de la Tierra Batida»,
así que ya… ¡batid palmas!

Consultando diccionarios,
yo ya no encuentro palabras
para definir las gestas
y el tesón y la constancia
y el ejemplo y los valores
que nos enseña Don Rafa.
Unos lo llaman Marciano,
otros Semidiós lo llaman,
otros El Extraterrestre
que viene de otra galaxia;
otros, animal y monstruo
otros, del tenis monarca
que no juega con raquetas,
sino con mando a distancia
porque el Rafa donde pone
el ojo, pone la bala…
Y juega con «dos pelotas»,
con pundonor y con ganas,
y eso que, aunque no es patoso,
tiene, el pobre, mala pata 
y el escafoides jodido
desde su edad más temprana.
A pesar de ello, consigue
las más grandiosas hazañas:
Ya allá por el mes de enero,
de una forma inesperada,
en Cangurolandia llega
a la final… y la gana,
después de una emocionante
y heroica remontada:
cuando, ya en el tercer set
nadie un duro por él daba,
resurge cual ave fénix
y al ruso le dice basta,
y da vuelta a la tortilla
que con huevos cocinaba.
Después sigue «cocinando»
hasta que otra vez se casca…
Mas llega a Rolán Guarrós,
tras mes y medio de baja,
y se enfrenta con Yo-Covid,
el que no se vacunara, 
y al fin Nole es «vacunado»:
¡Lo «vacunó» bien Don Rafa,
y muy bien lo jeringó
con su jeringa afilada,
pues en nadalera tarde
le da una buena azotaina
y se presenta a las semis,
donde Teveré lo aguarda.
Mas el pobre Teveré
se da una mala pisada
y el abusón Rafael
en otra final se planta…
Y por enésima vez
porque van ya nosecuántas
la Copa de Mosqueteros
se la lleva para casa.
Trabajo le cuesta al pobre,
porque cada vez que gana
es paciencia y sufrimiento
con grande parafernalia:
Se atusa su pelambrera, 
que cada día es más escasa,
se toca frente y orejas
y el orto palpa y repalpa,
suda por los cuatro codos
la gota gorda y delgadas…
Y ya, bien adecentado,
otra vez más se acicala
y, cuando resta un segundo,
sirve o, vulgarmente, saca:
Primer servicio… ¡p'adentro!
Bien empieza: —Quince-nada;
y llega a los treinta puntos
a la segunda «sacada»,
pues suma de quince en quince…
¡yo creo que nos hace trampa!

Más larga que un día sin pan
es su lista de medallas:
Tiene muchos mastermiles;
dos oros en Olimpiadas;
Copas De Ibis tiene… ¡cinco!
—por favor, no me hagan chanza!—;
Y, además de los catorce
Rolandos Guarrós de Francia,
tiene otros dos Wimblendones
hijos de la Gran Bretaña,
y dos pares de Yusopen
y otro par de los de Australia…
¡Son veintidós Granes Lames,
número que nadie iguala!
¡Tragón, goloso, zampón!
¿De ganar aún no te hartas?
¡Deja al menos un trocito
de la tenística tarta
y no la comas tú toda!
¡Deja algo p'al Nole, Rafa,
que si la juega contigo
queda siempre con las ganas,
relamiéndose de envidia,
hundido y con mala cara.
Y es que el Nole no le pilla,
y el tal Nole no le atrapa,
y el Rogelio Federico
a su edad ya no lo caza,
pues frisando los cuarenta
está su arroz ya pasada.
¡Que sigas dándoles tralla,
Rafa I de Hispania…!
¡Que viva el Rey de la Tierra!
¡Gracias, Nadal! ¡Vamos, Rafa!