Lo primero que sorprende de la actriz madrileña Marián Arahuetes es su amplia sonrisa, que dota a su rostro de una gran simpatía. Seguramente ese fue un motivo fundamental para que el director Pablo Moreno la haya convertido en Petra de San José, fundadora de la Congregación de las Madres de los desamparados. A Marián se la conoce fundamentalmente por su trabajo en series como Gran Hotel, Amar es para siempre o Acacias 38.

En Petra de San José usted interpreta a la beata fundadora de las Madres de los desamparados. ¿Qué le agradó del personaje, quizás que, interpretativamente, al abarcar tantos años, era muy rico en matices?

Lo que más me gustaba era su carácter magnético y tenaz, que ya mostraba siendo joven. Siempre tuvo alma de líder, con sensibilidad y empatía hacia los demás. Lo que quería, lo conseguía. Y eso fue lo que intenté mantener latente todo el tiempo.

No sé si conocía al personaje o se documentó sobre ella. La verdad es que, en 61 años que vivió, hizo muchísimas cosas.

Para crear el personaje siempre tuve el asesoramiento de Pablo Moreno (el director) y Madre Paloma. Fue una creación conjunta. Por un lado, investigamos sobre tus características más destacables y por otro, la labor y el carisma de la congregación. 

Esta mujer y su Orden atendían a la gente con menos recursos: ancianos y niños huérfanos. ¿En una sociedad tan individualista y hedonista como la nuestra cree que se entiende una vida como esta basada en el sacrificio y servicio a los demás?

Creo en la capacidad de mejora y superación del ser humano. A pesar de la individualidad e inmediatez de la que los rodeamos, no dejamos de estar conectados con nuestra sensibilidad. Y esta, aun con pequeños gestos diarios, hacen que el mundo sea un poquito mejor. 

Reconozco que uno de los aspectos más impactantes de la historia que se cuenta es el robo de sus restos, su profanación durante la Guerra Civil. No sé si también le llamó a usted mucho la atención.

Muchísimo. Es impresionante cómo dos personas pudieron viajar durante un conflicto tan importante con los restos de Petra y en ningún momento se perdieran. Este acontecimiento refleja la relevancia que tuvo y tiene Petra de San José dentro y fuera de la Iglesia.

Y otro que me llamó la atención es la persecución constante que tuvo dentro de la propia iglesia.

Es curioso cómo ella y su labor no caía bien a sectores del país tan opuestos. Luchó por los más desfavorecidos, se implicó en la lucha obrera...

A usted se la conoce más por televisión que por trabajos en cine. ¿A qué cree que se debe esta situación? 

Así es. Al fin y al cabo, como artistas queremos comunicar, remover conciencias… no importa el cómo, sino el qué y el por qué.

No es la primera vez que trabaja con Pablo Moreno, especialista en cine religioso. A nivel profesional, ¿interpretar a un ser humano de estas características deja un poso diferente al actor? 

Todos los personajes te dejan poso. Eso es parte de lo bonito de nuestra profesión. Aportas en su creación, pero ellos te regalan una enseñanza.