«Emilio sigue siendo el mejor experto en el mapa de Roma»

D.C
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La Escuela Española de Historia y Arqueología de la capital de Italia presentó, el día del cuarto aniversario de la muerte de Rodríguez Almeida, el libro que reproduce en edición facsímil su diario de excavación de Gabii en 1965

«Emilio sigue siendo el mejor experto en el mapa de Roma»

Ávila, la que al mismo tiempo es romana, es gallega y es de Emilio Rodríguez Almeida, acogió este viernes la presentación del exquisito libro que en reconocimiento a la excepcional valía como arqueólogo del profesor de Madrigal de las Altas Torres ha publicado la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma, un volumen titulado Excavación en Gabii. Diario (1965) que reproduce, en edición facsímil y con todo lujo de detalles, el «diario personal de excavación» que con singular tino y visión artística realizó el autor del trabajo durante ocho meses del año 1965 en el yacimiento italiano de Gabii.

La presentación de este libro, que se hizo coincidir con el cuarto aniversario de la muerte de Emilio Rodríguez Almeida (dos días antes se había hecho lo propio en Madrid, y el día 10 de diciembre en Roma) para dar a esta conmemoración un significado especial, tuvo lugar en el Colegio de Arquitectos de Ávila, escenario en el que se dieron cita, entre otros, el director de la EEHAR y su gerente, José Ramón Urquijo y Juan Carlos García Alía, respectivamente, además del alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera; el delegado territorial de la Junta, José Francisco Hernández; el presidente de la Diputación, Carlos García, y numerosos representantes de la cultura y la sociedad abulense a título personal, además de la viuda del homenajeado, Juliana Wilhelmsen, a quienes dio la bienvenida la presidenta del Colegio de Arquitectos, Julia Chamorro.

A las palabras de los participantes se sumó, como valor añadido, una pequeña exposición en la que podían verse un par de fotos de la excavación de Gabii y documentos manuscritos y ya publicados de Rodríguez Almeida relativos a ese yacimiento.

José Ramón Urquijo recordó que el volumen que se presentaba «es un libro manuscrito que Emilio Rodríguez Almeida regaló al entonces director de la Escuela, el profesor Manuel Espadas Burgos, y a la Escuela como muestra de admiración, porque el día en que lo regala se había publicado una primera historia de la EHAAR, Emilio frecuentaba mucho la Escuela y como muestra de deferencia la regaló el libro».

documento extraordinario. Cuando hace dos años llegó él a la dirección de la EEHAR, siguió Urquijo, «me enseñaron el libro y me dijeron que había que hacer algo con él; lo estudié, me documenté y vi que era un documento extraordinario, por encima de la media de los documentos de memorias de excavaciones de esas campañas en Gabii, que hubo nueve, y empezamos a pensar que había que sacarlo a la luz, tanto por la componente científica, porque estaba muy bien hecho, como por los dibujos, que son extraordinarios, hechos con bolígrafo sin ningún pentimento, sin ninguna corrección, perfectos».

La reproducción facsímil de aquel diario de excavación se ha acompañado en el libro, en el que la Escuela ha trabajado un año y medio, de una traducción al italiano, un estudio crítico y dos introducciones, una del propio José Ramón Urquijo en la que enmarca las campañas de excavaciones en Gabii, y otra de Juan Carlos García Alía, gerente de la EEHAR, que es una especie de semblanza sobre Emilio Rodríguez Almeida más que una biografía al uso.

En la presentación del libro quiso destacar José Ramón Urquijo las muchas virtudes de Emilio Rodríguez Almeida, de quien afirmó que «en primer lugar era un sabio, y como sabio abarcó muchas temáticas». Ahora mismo, añadió, «los grandes arqueólogos romanos le siguen reconociendo como el mejor experto en lo que se llama el mapa de Roma, la topografía romana está muy unida a Almeida según todos los especialistas. Además, él era un individuo que manejaba muy bien el latín, y que por lo tanto la epigrafía, que es otra de las ciencias auxiliares de la arqueológica, la dominaba muy bien. Las interpretaciones que él hace de textos parciales que se encuentran de tiempos de los romanos, media palabra o la mitad de una lápida, por ejemplo, el saber qué es lo qué querían decir sólo con unos restos es algo muy difícil, salvo que tengas una cultura vastísima y un conocimiento de la lengua muy amplio».