Como si de la aciaga ley de Murphy se tratara, esa que dice que si algo malo tiene que pasará,  la apertura de las piscinas municipales de verano coincidió este lunes con un cambio drástico de tiempo que incluyó importante bajada de las temperaturas, nubes y viento. Nada que ver con el ambiente veraniego de la pasada semana, cuando a más de 30 grados refrescarse era una necesidad. Sin embargo, este lunes darse un baño apetecía menos que arrastrar pesados bloques de cemento. De hecho, el primer día de apertura de las piscinas, con temperaturas que prácticamente no pasaron de los 20 grados y en una jornada con nubes y claros, al menos hasta mediodía ningún valiente se había atrevido a estrenar las piscinas ni aún pudiendo presumir de tener los tres vasos a su disposición y un recinto de 9.000 metros cuadrados para él solito. 

Y a tenor de las previsiones meteorológicas para los próximos días parece que la afluencia a las piscinas de la zona deportiva sur no será muy numerosa tampoco durante esta semana teniendo en cuenta que para lo que queda de la misma las máximas apenas rebasarán los 20 grados y las mínimas seguirán bajando, por debajo de los 10 durante las jornadas de este martes y mañana miércoles, lo que hará que la temperatura del agua se enfríe aún más y el baño sea menos atractivo aún. Además, para 'más inri', en la jornada del jueves se esperan lluvias. 

No es la primera vez, como reconocían los ordenanzas de las piscinas de verano, que el arranque de la temporada de baño se produce con tiempo desapacible. «Esto es Ávila», decía Montse, que sabe bien de lo que habla después de 16 años tras la taquilla de este espacio deportivo municipal que de momento tendrá que esperar algunos días para recibir a los primeros bañistas.