El mayor empeño del Diocesanos tuvo premio

L.C.S
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Los colegiales se llevaron el primer derbi de la ciudad en Tercera gracias a dos goles de ex jugadores del Real Ávila, Oli e Iván Vila, que recompensaron el mejor juego de los locales en la segunda parte

El mayor empeño del Diocesanos tuvo premio - Foto: Isabel García

Colegios Diocesanos.

Darío, Nacho, Héctor (Josito, 80), Víctor, Ángel Encinar, Juli (Diego, 93’), Pablo Negro, Quique (Vicente, 80’), Oli, Mario Hidalgo y Sergio Mayorga (Iván Vila, 61’).

Real Ávila.

Johan, Carlos Pascual, Andrés Llorián, Tena, Marcos Isla, Rubén Ramiro, Domingo, Rubiato (Marcelo, 69’), Javi de Mesa (Cristian, 61’), Sergio Ramos y Álex Garrido (Calderón, 63’).

Árbitro.

Antonio del Bosque.

Amonestó a los locales Víctor, Héctor, Oli y Pablo Negro, y a los visitantes Álex Garrido, Calderón, Sergio Ramos, Cristian y Domingo.

GOLES.

0-1. Minuto 40.  Borja Rubiato. 1-1. Minuto 72. Oli. 2-1. Minuto 89. Vila.

INCIDENCIAS.

Encuentro de la cuarta jornada del grupo VIIIde Tercera División disputado en Sancti Spiritu.

El Colegios Diocesanos fue el ganador del primer derbi en categoría nacional entre dos equipos de la capital abulense. El mayor empeño de los colegiales, sobre todo en la  segunda mitad, decidió a su favor un encuentro en el que el Real Ávila se adelantó en el marcador gracias a un gol de Rubiato en los últimos minutos del primer tiempo, pero que el equipo de Somoza fue capaz de la dar la vuelta con dos tantos que llegaron de la misma manera. Centro lateral de Juli desde la derecha del ataque local al saque de una falta, y remate de dos ex del Real Ávila, primero Oli y luego Iván Vila, que acabaron por dar los tres puntos a los colegiales.

No hubo demasiado fútbol sobre el césped artificial de Sancti Spiritu durante todo el partido, y especialmente malo fue el primer periodo. En un terreno de juego de tan reducidas dimensiones, con las fuerzas aún intactas, es muy complicado que se pueda ver algo más que mucha pelea, balones disputados y, si se tiene suerte, algún disparo lejano. De ahí que la primera media hora del derbi fuera un continuo ir y venir del balón por el aire, pocas combinaciones, mucho choque, siempre deportivo, y cero de presencia en las respectivas áreas. Hasta el minuto 27, cuando Álex Garrido disparó desde fuera del área y atajó Darío sin problemas, no se sabía si se jugaba con porteros o no. Comenzó mejor el Ávila, con un Domingo bastante entonado, dominador en el centro del campo, mientras que en el Diocesanos todo pasaba por las botas de Juli, que firmó un muy buen partido, sobre todo en una segunda parte enorme  en la que fue decisivo.

Tras la ocasión de Álex, una mala salida de Johan dejó a Quique muy escorado con la puerta para el solo, pero el balón se estrelló en el lateral de la red.

Y en la única jugada potable de esta primera parte se juntaron dos jugadores de calidad en el Real Ávila, y así llegaría el primer gol. Un gran balón en profundidad de Javi de Mesa a la espalda de la defensa local lo enganchó Rubiato para enviar por encima de la salida de Darío, cuya duda en si ir a por el balón o no, pareció decisiva para que al final el delantero encarnado pudiera  anotar el primer tanto del partido.

El panorama cambió por completo en la segunda mitad. El comienzo con dos ocasiones para Rubén Ramiro y Álex Garrido que Darío supo solucionar, fue un espejismo, porque poco a poco el Diocesanos fue empujando al Ávila hacia su área, y le acabó encerrando. Liderados por Juli, a cuya cruzada se unió Pablo Negro, pieza clave en el funcionamiento del Diocesanos, los colegiales empezaron a no dejar salir al Ávila de su campo. Además, hubo un momento clave del choque con la lesión de Rubiato, que dejó al Ávila sin referente en la zona de ataque. Antes se había ido De Mesa y poco después Álex, con lo que el Ávila fiaba todo su ataque a Ramiro y a Cristian, que no tuvo su día. Los cambios no le sentaron bien al equipo de Jimeno, que dejó de inquietar a Darío, salvo una galopada de Rubén Ramiro que no acertó en la definición.

De los regates de Juli por su banda derecha y del despliegue de Pablo Negro por  todo el frente de ataque llegó el peligro del Diocesanos, que tampoco es que tuviera claras ocasiones, pero sí que tenía el balón cerca de la portería rival, y eso siempre es un peligro.

Lo que no pudo conseguir por jugada, lo logró a balón parado, justo en una faceta del juego en la que daba la sensación de que el Ávila tenía mejores condiciones. En el 72 una falta cometida sobre Juli en el lateral era botada por él mismo al primer palo, donde aparecía Oli para meter el pie y desviar lo justo para anotar el tanto del empate. El central colegial, recordando su pasado encarnado, optó por no celebrarlo, no así sus compañeros, que tuvieron con ese tanto el empuje final para lanzarse a por una victoria de la que el Real Ávila estaba muy alejado, tanto como del área rival.

En el tramo final del encuentro solo hubo un equipo sobre el campo. El Ávila estaba desconectado por completo y solo acertaba en defenderse como podía del ataque del Diocesanos, que marcó el tanto de la victoria de la misma manera que llegó el empate. Falta a Juli que saca él mismo, esta vez al  segundo palo, donde se eleva Vila para de cabezazo cruzado marcar el gol de la victoria, que, esta vez, el autor sí celebró y con  él todo el equipo, por llevarse un triunfo merecido.