Los cien años de Isabel

M.M.G.
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Isabel Jiménez cumple este martes cien años y aunque no puede recibir el abrazo de los suyos está contenta y con buena salud

Los cien años de Isabel

Ávila cuenta desde este 19 de enero con una nueva centenaria. La mujer que se acaba de unir a la honorable lista de personas que tienen un siglo de vida es Isabel Jiménez, usuaria de la residencia Asidema, en la calle del Tostado, que este martes no pudo celebrar fecha tan especial con sus seres más queridos.

Y no fue porque tenga poca familia. O porque no estén pendientes de ella. Al contrario. Los cuatro hijos, seis nietos y seis bisnietos de Isabel, siempre al tanto de la matriarca de la familia, hubieran hecho cualquier cosa por poder soplar las velas con ella. Pero la situación sanitaria manda. Y la restricción de visitas impuesta en la residencia, como en tantas otras de todo el país, les impidió ir a felicitarla en persona.

«Tenemos todos un sabor agridulce», decía a Diario de Ávila Alberto, uno de sus nietos: contento por saber que su abuela ha alcanzado los cien años, pero triste por no poder abrazarla.

Isabel nació el 19 de enero de 1921 en Tolbaños. Pero como nos cuenta Alberto, lleva viviendo toda su vida en Ávila. 

Concretamente en la calle Reina Isabel, en el barrio de la Estación, donde ejerció de ama de casa toda su vida. «Es una mujer muy alegre», la describe Alberto que, eso sí, nos confiesa que lleva regular el no poder salir de la residencia y, aún más, el no poder recibir visitas. «Se aburre. Pero no podemos hacer nada», habla Alberto en representación de su familia y nos cuenta cómo son conscientes de que lo mejor para todos es que no se pueda acceder a las instalaciones de la residencia.

A Isabel le encanta jugar a las cartas y pasar tiempo con los suyos a los que, decía Alberto, «esperamos que pueda ver aunque sea a través de una vídeo llamada».

Las nuevas tecnologías se alían pues con las familias para estar más cerca de los suyos. Como Isabel, una abulense de pro que hasta hace muy pocos años vivía sola en su casa; que después se fue a vivir con sus hijos; y que el pasado mes de julio entró en una residencia. «Pero se vale por ella misma», presume Alberto, que nos cuenta también que su abuela ya ha recibido la primera dosis de la vacuna de la covid-19. 

Ahí es donde toda la familia deposita sus esperanzas para que, en un futuro no muy lejano, puedan reunirse con ella y celebrar (aunque sea con retraso) su cumpleaños, como sí lo hicieron el año pasado, fecha a la que corresponde la imagen que acompaña estas líneas.