José Ignacio Dávila

Pensando

José Ignacio Dávila


Experiencia

12/05/2022

La Universidad de la experiencia nos ofrece una lección para estudiar, aprender y repasar: la asombrosa presencia de la Nación española y sus crónicas, recogidas en los papeles, imágenes y archivos de todos las naciones que han sido parte de la histórica grandeza de España, y que por encima de todo revisionismo nos pertenecen, y a nadie le ha sido entregado ningún mandato constitucional para ocultar nuestra real presencia entre las naciones de nuestro espacio cultural natural. Cuando llegan los momentos cíclicos de la censura en favor de los grupos de poder en turno, no es admisible que se oscile entre el vaivén de la historia de conveniencia y el de la historia real, limitando nuestra riqueza política y presencia en las crónicas de nuestra historia, grande, irrepetible, inolvidable, de lo bueno, de lo malo y de lo mejorable. No se puede mutilar nuestra riqueza cultural según las conveniencias del poder en orden y mando del partido de turno en plaza, que la experiencia es un grado.
Las etapas políticas y lecciones aprendidas acerca de la convivencia posible y rechazable nos enseñan las claves para evitar la presencia de las canciones y de las historias de los unos y de los otros, según su interés. Los pactos por el poder no casan bien cuando se imponen las visiones parcelarias de la nación, se barruntan indicios y señales de presiones que puedan dificultar el camino de la convivencia en una sociedad de todos para todos, bajo la luz de nuestro compromiso con nuestra riqueza histórica, social y política: a) sin censuras; b) hechos reales, en nuestra historia, desde el lugar que nos pertenece dentro de la cultura occidental ; c) con el derecho a ser reconocidos con la importancia y realidad de los tiempos que nos pertenecen, desde el pasado y en el presente; d) con la dignidad política que nos hace dueños de nuestro destino y conseguir una sociedad productiva que cuente con una economía eficaz, con recursos y apoyos desde todas las opciones políticas para que, de verdad, ninguno se quede aparcado por el camino, ni condenado por la indiferencia, ni olvidada su dignidad, ni su soberanía humana y constitucional; d) añada su opinión en suma de aportaciones y experiencia.
En temas de inteligencia política, priman las Instituciones de la Nación española , en propiedad soberana de una sociedad de todos para todos. Nos hemos constituido en Nación y Patria común e indivisible, y es fruto de nuestra experiencia heredada y del valor de generaciones, de Regiones que son la base de nuestra dignidad real y material en la Constitución de los españoles, en proclamas y sumas de historias y experiencias de ciudadanos reales en la realidad y vida de cuantos ejercemos nuestros derechos, deberes y obligaciones constitucionales de ciudadanos reales. 
Nuestra realidad institucional parte del respeto de nuestras experiencias regionales, en sus dimensiones territoriales, culturales, ideológicas, y hemos votado seguir unidos a la historia y en la realidad de las demás naciones occidentales y europeas. 
Tenemos un lugar en nuestro mundo real, y nos pertenece en la historia y experiencias de nuestra civilización europea occidental, herencias greco-romana-cristiana, y la suma de cuantos a lo largo de siglos se han sumado a nuestra geografía común universal y en la historia que define los rasgos nuestra cultura e idioma universal. 
No son meras palabras; son experiencias reales y por eso hay de todo…, y es  lo que nos pertenece en un suma de historias para todos, que nadie puede censurar, ni abanderar en exclusiva ninguna visión sesgada o desviada de nuestra historia real. Son hechos reales de ciudadanos reales en vidas, que, si se nos olvidan, se puede desguazar todo el real patrimonio de las cosas que nos han ocurrido en historias pasadas, que nos pueden ayudar para no meter de nuevo la pata, y romper nuestro compromiso con la convivencia y con la transición constante de ciudadanos libres, y sentir y respirar el aire de la igualdad, de la solidaridad, el derecho a que la justicia social sea real y no un proyecto inacabado. El pluralismo político necesita estudiar todas las soluciones para la convivencia, en la Universidad de la Experiencia, con sana y fuerte inteligencia política (y de las otras, ¡eh!), que defienda el programa de la dignidad de la persona con mando en plaza constitucional, defensa de la Nación y no tropezar en nuestra convivencia con las demás naciones libres, sin escisiones, y firmes por el buen camino, de la convivencia constitucional, en paz, gloria y buena luz.