La prohibición del riego puede afectar al 50% de la judía

I.Camarero Jiménez
-

Nicolás Armenteros, director técnico de la IGP a la que pertenece la legumbre de El Barco de Ávila estima que es necesario buscar soluciones a largo plazo porque «el cambio climático es un hecho»

La prohibición del riego puede afectar al 50% de la judía

Se veía venir y al final las malas noticias han llegado para los agricultores de El Barco de Ávila. Ahora que la producción de judía vive uno de sus momentos más decisivos y que necesita riego para terminar el ciclo, la Confederación Hidrográfica del Duero ha prohibido el riego. Así lo confirmaba por un lado el alcalde de esta localidad, el socialista Víctor Morujig y también Nicolás Armenteros, quien es director técnico de la IGP legumbres de calidad a la que pertenece este producto barcense.

Es difícil hacer una estimación global pero Armenteros ponía una cifra al problema y es que alrededor del 50% de la producción podría estar en riesgo. El problema por la prohibición afecta a El Barco de Ávila que es precisamente el municipio donde más hectáreas se dedican a este cultivo de calidad. El caso es que el ciclo está avanzado en algunos casos y hay agricultores que han empezado ya la recogida, pero en otros están en un momento sin duda decisivo y que precisaría de «dos o tres riegos más que de momento no van a ser posibles». Sucede sobre todo en el cultivo de judía de la variedad blanca riñón que en parte va con retraso porque una helada que se registró mediado junio obligó a replantar. También afectará a la variedad ‘judíon’ que es más tardía. En resumen entre las variedades más tardías y las que tuvieron que replantarse tendríamos ese  50% de afectación.

Las que se plantaron en tiempo y forma y salvaron la helada están muy próximas a la recogida e incluso no se necesitaría su riego, más bien al contrario, precisan calor para acabar de secarse.

También es cierto que si cambia el tiempo las cosas se podrían solucionar. Pero claro, a juicio de Armenteros «no se puede estar siempre con la espada de Damocles» encima y habría que buscar soluciones a largo plazo porque «todos los años estamos igual». Ante ello considera que «las administraciones deberían consensuar medidas» , máxime cuando «no estamos hablando de regar miles de hectáreas» pues al fin y al cabo entre los agricultores que están dentro de la IGP y los que están por su cuenta podríamos hablar, decía de no más de 70 hectáreas. Se trata de buscar sistemas de captación de agua para evitar estos contratiempos.

Armenteros reconocía además  la obsolescencia de los sistemas de riego pues por aspersión optan algunos agricultores pero ésta es una solución intermedia. El riego por goteo sería más eficaz pero también encarece los costes, pero desde luego el menos indicado es el que más se usa y es el riego por superficie en el que se desaprovecha bastante agua.

Lo que para el técnico de la IGP está claro es que estamos ante un problema «estructural», «el cambio climático es un hecho» cada vez llueve menos y hace más calor y de hecho éste es «el año más seco que conozco» ya que es muy probable que no hayamos llegado a recoger precipitaciones siquiera del 50% del año hidrológico y la situación requiere de medidas.