En enero ya hablamos de este tema y más concretamente sobre la competencia financiera evaluada en el informe PISA y dijimos que esta competencia financiera trata de medir la capacidad de nuestros alumnos en su conocimiento y comprensión de conceptos y riesgos financieros, y las destrezas, motivación y confianza para aplicar dicho conocimiento y comprensión con el fin de tomar decisiones eficaces en distintos contextos financieros, mejorar el bienestar financiero de los individuos y la sociedad, y permitir una mejor  la participación en la vida económica. Queda claro que la educación financiera es un instrumento de progreso social y que forma parte del ascensor social. El que permite a unas clases sociales ascender en la escala social y en el progreso social. Es importante porque te da libertad para tomar decisiones a lo largo de la vida y resulta ya una habilidad fundamental para la ciudadanía del siglo XXI.  La formación financiera es calve en el avance de la sociedad, ya que nos permite adquirir las aptitudes necesaria para tomar decisiones financieras bien informadas en la vida diaria. Nos ayuda a ser capaces de resolver las dudas más inmediatas acerca de los términos económicos incluidos en la información que recibimos y poder compartirlos en los medios, las redes sociales y en nuestras interacciones sociales. En nuestro día a día, el ahorrador se enfrenta a una realidad más desafiante en la que debe de conocer y gestionar nuevos conceptos, términos, tecnologías y metodologías de educación financiera y con ello poder participar activamente y conscientemente en el mundo de las inversiones. Se hace imprescindible un conocimiento de la progresividad del IRPF, el impuesto de sucesiones o el porcentaje del salario bruto que se destina a la cotización para pensiones. Con eso nos ayudara a adoptar medidas más eficientes y a amortiguar el impacto de las demagogias populistas. Para resistirnos a la tentación de invertir en criptomonedas. Si algo hemos sacado en claro en los años de crisis y apuros económicos  para la mayoría de las familias es  que estamos en un mundo en el que es más necesario que nunca tener una buena educación financiera. Y para ello tienes que tener claro los conceptos que hemos descrito para poder tomar las decisiones que te ayuden a capear el temporal. Tener claras las metas y fijar una estrategia para conseguirlas. Ser muy consciente de tus ingresos y vive conforme a ellos ¡no quieras vivir por encima de tus posibilidades o acabaras hasta arriba de deudas que no podrás pagar!  Hay que aprender  a hacer presupuestos y a cumplirlos. Hay que identificar los tipos de ingresos y gastos a la hora de hacer esos presupuestos, cuidado con los gastos estacionales: la  calefacción en invierno. Conoce la fiscalidad de los productos para poder deducirte, si es el caso, en la Renta y las deducciones autonómicas. Conoce también las ayudas y subvenciones; de libros, de prótesis…c Conoce los términos utilizados en las finanzas, hay que distinguir un crédito de un préstamo. Infórmate y asesórate antes de invertir. Conoce los riesgos antes de invertir en fondos o en bolsa. Y prepara tu jubilación.