Cuando ya parecía que el culebrón Dembélé había finalizado y que el jugador galo se iba al Chelsea, la situación ha dado un giro de 180 grados que podría acabar con el delantero renovando con el Barça, club con el que tiene vinculación contractual hasta el próximo 30 de junio.
Y es que todo indicaba que 'El mosquito' haría las maletas después de que se le presentara la última oferta culé. El silencio se interpretó en la cúpula directiva como un 'no', máxime cuando el pasado diciembre su agente, el polémico Moussa Sissoko, exigió para continuar una nómina de 30 millones anuales y 45 'kilos' en prima de fichaje: 15 para el representante y 30 para el ariete.
No sentó nada bien esta propuesta en la entidad blaugrana, máxime cuando era público y notorio que las arcas del club estaban seriamente tocadas y, de hecho, se había pedido a los jugadores que se rebajaran sus respectivas fichas.
Así, se le castigó sin jugar, buscando de este modo presionarle para que renovara, ya que su contrato expiraba en seis meses y bajo ningún concepto el presidente Joan Laporta quería que Dembélé se marchara gratis. Ofertas no le faltaron en el mercado invernal, lo cual hubiese sido un bálsamo económico para el club (por la cantidad que se obtuviera con el traspaso y por la ficha que se ahorraría), pero el futbolista se negó sistemáticamente a dejar Barcelona, si bien también mandaba mensajes que decían justo lo contrario. Ha sido y sigue siendo una estrategia del jugador y su agente.
Lo que parece claro es que el Chelsea se está echando atrás en la adquisición del galo. En primer lugar porque le parecen desorbitadas las pretensiones económicas y deportivas (exige ser titular) del jugador y, sobre todo, no se termina de fiar de su estado físico, dado su largo historial de lesiones en el club culé. A pesar de contar solo con 25 años, desde que aterrizó en la Ciudad Condal en 2017, pasó más de 700 días inactivos por dolencias de todo tipo que incluso se repetían: desgarros y problemas musculares en el muslo, esguinces de tobillo, problemas de rodilla.
«Tenía desde hace tiempo una propuesta por nuestra parte, pero está claro que no la ha aceptado porque no tenemos noticias de su agente desde hace tiempo», comentó recientemente Laporta, que mandó el pasado abril al director de fútbol, Mateo Alemany, a Rabat para entrevistarse con Sissoko. Hubo mucho optimismo tras el encuentro porque se desencallaba la situación, pero el tiempo ha demostrado que no había motivos para ello.
Días después de la declaración del máximo mandatario blaugrana, en tierras francesas, Dembélé fue abordado por un periodista en medio de la calle. «¿Te quedas en el Barça?», le preguntó. El jugador respondió que sí. Pero hubo más porque al ser cuestionado sobre el interés del Chelsea, el ariete lo zanjó diciendo: «Estoy bien en Barcelona».
Interminable
Como se puede apreciar, aún queda 'culebrón' para rato, sobre todo porque 'El mosquito' no ha cerrado nada con ningún club (sonaba con fuerza el PSG hace semanas) y sabe que el equipo culé tendría un papel importante, con un entrenador, Xavi Hernández, que confía ciegamente en él y que no se ha cansado de alabarle. Y todo esto sin que haya llegado la ansiada inyección económica al Barça.