Hace 50 años Ávila también miró a La Palma

J.M.M.
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El volcán Teneguía explosionó el 27 de octubre de 1971 y durante varias jornadas se convirtió en noticia de portada de El Diario de Ávila, que llevó a los abulenses la evolución de un desastre natural que también conmocionó a España

Hace 50 años Ávila también miró a La Palma - Foto: Isabel García

Desde hace más de un mes buena parte de nuestra atención está centrada en lo que ocurre en la Isla de La Palma, donde el volcán Cumbre Vieja ha llevado la tristeza y la desolación a los palmeños, que ven con impotencia como la lava y la ceniza no deja de modificar la fisonomía de la isla y se está convirtiendo en una amenaza continua para lo que hasta ahora era su forma de vida. Miles de ellos han perdido todo lo que tenían y no se ve el fin a este desastre natural que, no obstante, no es inédito para los palmeños. Hace 50 años, en octubre de 1971, la isla de La Palma vivió una situación similar, en aquella ocasión en la zona sur, y El Diario de Ávila también dedicó una amplia cobertura para narrar lo que sucedía día tras día, cuando miles de familias tuvieron que se evacuadas y la actividad volcánica entró a formar parte de la vida de los palmeños, del conjunto de los españoles, y también, como no podía ser de otra manera, de los abulenses. Fueron cinco días con un amplio tratamiento (teniendo en cuenta las coberturas de la época) que, posteriormente, quedó reducido a la mínima expresión.

Así, en la edición del miércoles 27 de octubre de 1971, el rotativo abulense titulaba en portada: «Nuevas bocas de fuego en La Palma», añadiendo el subtítulo: «Éxodo de las familias, que temen más explosiones del Volcán». La noticia, firmada en Santa Cruz de Tenerife por el periodista de Efe Luis Ramos, empezaba diciendo: «Ayer tarde comenzaron a surgir humo y ceniza en la isla de San Miguel. En la zona durante los días pasados se observaron temblores con una duración de dieciséis segundos. El fenómeno fue advertido en toda la zona del Valle de Ariadne, en la capital de la isla y especialmente en Fuencaliente donde produjo la caída de piedras sueltas y el resquebrajamiento en varios edificios ya antiguos y no utilizados en la actualidad para viviendas». Posteriormente se narraba que «a las cuatro y veinticinco de esta tarde comenzó a surgir humo y cenizas en medio del mayor asombro y del silencio de los vecinos, en su mayoría trabajadores de las tierras volcánicas, a las que sacan con su esfuerzo el pan de cada día. Estos vecinos, con sus enseres más necesarios, abandonaron sus propiedades para refugiarse en las chabolas levantadas por ellos mismos en los días pasados».

A continuación, en una segunda información añadida a la anterior, se especificaba lo siguiente: «El nuevo volcán nacido ayer en la isla de la Palma poco después de las 3,15 de la tarde y que surgió definitivamente con cuatro bocas a partir de las 4,25, ya tiene nombre, el San Evaristo, por su alumbramiento en la festividad de este Santo».

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