La Universidad Católica de Ávila presentó este martes en sociedad su proyecto de investigación Duerochange, un estudio centrado en la salud de los hábitats de ribera de la cuenca de este río en Castilla y León y que avisa del peligro de pérdida de estos entornos.
«Aproximadamente vamos a perder un 5 por ciento de cara a 2100. Pero ese 5 por ciento lo que hace es que nos hace perder muchísima biodiversidad que alberga ese tipo de ecosistemas que son riquísimos en cuanto a la biodiversidad general», explicaba este martes Javier Velázquez, director del proyecto, que iba un poco más allá al asegurar que la pérdida no afectaría sólo a los ecosistemas riparios, «sino, incluso, de toda la biodiversidad de toda Castilla y León».
El también vicerrector de Investigación y Relaciones Internacionales advertía de que toda esa biodiversidad «se podría perder si no actuamos. Y ésa es otra parte de nuestro estudio', ¿cuándo actuamos? ¿Actuamos ahora en 2030, en 2050 o en 2100?», se preguntaba para responder él mismo que «lo que nos está diciendo el estudio es que cuanto antes podamos actuar en esas zonas sería lo ideal. No esperar hasta 2100 que perderíamos muchísima biodiversidad».
Para llegar a todas estas conclusiones, los participantes en el estudioDuerochange (15 investigadores especialistas ) han medido «la conectividad de los hábitats ripario, dentro de distintos efectos que tenemos dentro del cambio climático», proseguía explicando el profesor.
«Lo que estamos viendo es que vamos a disminuir las precipitaciones y vamos a aumentar la temperatura y esto lo que hará será que bajemos los hábitats riparios», profundizaba Velázuez, que consideraba que, «a partir de ahí lo que tenemos que buscar son áreas críticas para poder monitorizar qué es lo que está pasando».
Zonas críticas que en el caso de la provincia de Ávila se han focalizado tanto en la zona de Arévalo como en la de Rasueros, concretamente en este caso, en el ríoTrabancos.
Pese a todo,el director del proyecto recalcaba como «las aguas en general en Castilla y León gozan de buena salud, a pesar de que en algún área, como el río Trabancos, y otra zona cerca de Cantalapiedra, estamos viendo que la calidad de las aguas está disminuyendo ligado sobre todo a la eutrofización y a la actividad ganadera: el uso de fertilizantes, abonos, pesticidas...».
El equipo ha realizado monitorizando con satélites. «Y a partir de esas imágenes lo que hemos podido monitorizar también es una serie de indicadores que nos están diciendo la evolución a lo largo del tiempo hasta llegar a la actualidad», explicaba el profesor, que apuntaba que a continuación se ha hecho una caracterización ecológica para ver, primero, por una parte las aguas, por otra parte macroinvertebrados y por otra, la vegetación.
«Lo que no se dice de esas áreas críticas es que, en general, gozamos de buena salud pero no obstante lo que estamos viendo es que estamos disminuyendo la conectividad, se va a fragmentar de cara al futuro esa conectividad», y tocaba llegados a este punto, el de la conectividad, muy necesario para la buena salud de estos hábitats.No en vano, la conectividad no es otra cosa que «la fragmentación entre diferentes machas del paisaje que albergan diferentes ecosistemas riparios, vegetación que está ligada al curso del agua.
cátedra. Por su parte,Fernando Herráez, director de la Cátedra Comité Español UIC de la UCAV, declaraba cómo el proyecto se alinea con las líneas maestras que tiene el departamento que él dirige para la conservación de la naturaleza.
«Desde la Cátedra hemos apoyado todo lo que hemos podido esta iniciativa al objeto de que no sea la última y como en los proyectos de investigación hay siempre un apartado de desarrollos futuros, que ésta línea de investigación que se ha abierto a raíz de la realización de este proyecto tenga una continuidad en el tiempo», se adelantaba el profesor, que definía Duerochange como «un proyecto original».