"Bajar a las pistas de atletismo es lo que me da vida"

A.S.G.
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Cocinero de profesión, ordenanza en la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta, presidente del Club Puente Romanillos, juez de atletismo y deportista de vocación 'tardía'. Nunca es tarde para el atletismo. No lo fue para Teodoro Hurtado

Teodoro Hurtado 'Tito' - Foto: David González

En su caso se puede decir aquello de que 'el que ha sido cocinero antes que fraile, lo que pasa en la cocina bien sabe'. Porque aunque muchos no lo saben Teodoro Hurtado, más conocido por 'Tito', fue cocinero antes que nada. Su vida la comenzó entre los pucheros, hasta que el deporte se cruzó en su camino. A partir de ahí, todo lo demás. Atleta de vocación 'tardía', entrenador en categorías inferiores, presidente del Club Puente Romanillos o juez - árbitro, una labor que le ha convertido en una de las figuras indisoluble en el atletismo abulense de los últimos años. Pero antes de todo ello, antes que el atletismo enraizara en su alma, 'Tito' fue cocinero. Natural de Palacios de Goda, llegó a Ávila capital con 16 años.  Lleva aquí toda la vida, pero él se siente de Navalmoral de la Sierra, donde tiene su casa desde hace 40 años. «Mi corazón está dividido». Ahora, a sus 62 años, trabaja como ordenanza en la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León, un destino al que llegó por accidente, y nunca mejor dicho.Porque fue un accidente en bicicleta y una lesión en la mano la que le apartó de los fogones. Así empezó trabajando, como ayudante de cocina en el Neptuno y continuó en la guardería de La Cacharra y el Centro de Menores del Valle Amblés.

Era el año 1976 cuando 'Tito' llegó a Ávila. Entonces el deporte no tenía nada que ver en su vida. Ahora lo es 'todo'. Y lo curioso es que todo comenzó por una apuesta a sus 40 años. De nada a todo podría decirse. «Cuando llegué a Ávila comencé de ayudante de cocina en el Neptuno, donde están actualmente los velatorios Antonio Álvarez.Trabajaba los fines de semana, mañana y tarde. Era imposible hacer nada» recuerda Teodoro Hurtado, que explica cómo el atletismo comenzó a hacerse un hueco en su vida. «Fue en Navalmoral de la Sierra. Un amigo organizó una competición pero no tenía corredores. Sólo eran cinco» explica. «Entonces pesaba más de 98 kilos».Nada que ver con el  'Tito' actual. «Me estuvieron esperando más de media hora a que llegara. Me dio vergüenza y me fui a casa. Cuando llegué me dije a mi mismo que la próxima vez la tenía que ganar». Se quedó cerca pero el cambio ya era evidente. «La volví a correr y quedé segundo... Era una cuestión de superarme a mi mismo». Y en este camino de superación fue descubriendo una forma de vida. «Perdí peso y me encontraba mejor. Personalmente me sentía satisfecho».No fue sencillo. «La primera vez que fui a correr al Soto no pude correr más de 300 metros».Ahora puede decir que el atletismo le ha hecho «feliz».  

Recuerda la apuesta, pero también como empezó a tener contacto con el Puente Romanillos. Era el año 2000. «Llevaba a mis hijos a la Escuela de Atletismo y allí conocí a Juanra», al que le debe mucho de lo que ha sido y es hoy en día. «Fue el que me metió en el mundo del deporte». Como le debe a Jesús Fernández Cecilia 'Zipi'. «Fue quien que me hizo campeón de Castilla yLeón». Así empezó su relación con el Puente Romanillos. «Mis hijos lo dejaron pero yo seguí». Hoy es presidente del club.

Se puede decir que 'Tito' es una persona del deporte. «Es algo realmente divertido. Llena tanto y te desinhibe de tantas cosas que no echas en falta nada. Es algo tan gratificante que no te acuerdas de otras cosas. El bajar a las pistas de atletismo es lo que me da vida y fuerza. Ir a entrenar a los niños es algo gratificante. Te llena ver cómo disfrutan». No es lo único. «Competir te llena de satisfacción personal, por un trabajo que has hecho y has logrado una meta, un fruto». Con esa idea acudió hace cuatro años al Campeonato del Mundo de Media Maratón. «Yo no tenía una gran marca pero quería correr un Campeonato del Mundo. Fui con la equipación de España y fui feliz corriendo.Tardé dos horas pero fui feliz». Así de sencillo.

Hace apenas un año su vida dio un vuelco radical. «Fue entrenando con los niños en la pista de atletismo, enseñándoles relevos. Nos faltaba una posta para hacer una serie y me sumé a ellos. Al arrancar, en apenas 15 metros, me explotaron las dos piernas. Me arranqué los isquios bilaterales de las dos piernas. Arrancamiento de los tendones».Se quedó sin tendones y sentado en una silla de ruedas, pero no se resignó. «El médico me dijo que en dos años no andaría, pero en once meses lo he conseguido.He entrenado en casa. Ahora mismo me está creciendo el músculo agarrando al hueso porque tendones no tengo». Poco a poco. «Veo difícil lo de volver a correr pero ya bajo a las pistas de atletismo y si falta un entrenador me pongo con los niños y soy feliz. Eso es vida». Reconoce que hay cosas que echa de menos. «Tengo mucha envidia de la gente que corre.Les veo correr y me gustaría hacerlo como ellos pero pienso que lo importante es que estoy aquí, que puedo volver a andar después de ocho meses en una silla de rueda. No dependo de nadie, soy autosuficiente». Sin embargo el destino le tenía preparado otro volantazo en forma de infarto. Hubiera sido muy duro psicológicamente pero «he tenido a mi mujer y mis hijos al lado.Me ayudaron mucho.Si hoy estoy aquí es gracias a mi mujer. Cuando me dio el infarto y me llevaron al hospital me dieron el alta como un dolor muscular. Me mandaron a casa. Al día siguiente, al levantarme, me encontraba muy mal pero no quería volver a ir al médico. Mi mujer insistió.Gracias a ella estoy aquí» se emociona al recordarlo.

«Fue duro» pero junto a la familia y los amigos lo superó. «He tenido a mucha gente alrededor que me ha ayudado mucho». Eran días difíciles. «Me levantaba a las 9 de la mañana, me sentaba en un sofá y hasta que caía la noche. No podía moverme». De aquella experiencia se quiere quedar con los amigos. «Ayudan mucho. Cuando una persona está enferma pero se siente querida, el ánimo cambia. Te dices 'tengo gente que me quiere, voy a luchar'. Y salí adelante».

Atleta, entrenador, directivo... Y juez - árbitro. Todo en uno. «Cuando llevaba a mis hijos a la Escuela de Atletismo y veía a los jueces me decía a mi mismo que yo quería ser eso. Cuando empecé a prepararme no sabía ni cuánto medía la pista de atletismo, pero cuando hay algo que te gusta lo aprendes rápidamente porque lo haces con cariño».Desde entonces su figura no falta en las pruebas abulenses. Pero lo deja claro. «Cuando voy de juez me gusta diferenciar de mi faceta como presidente. Hay gente que no entiende que cuando estoy en una competición pueda descalificar a atletas de mi club, pero es que todos son iguales. Vengan del club que vengan les voy a juzgar por el mismo rasero». Lo tiene muy claro. «Tenemos que tener una ética, una responsabilidad en lo que hacemos. No podemos vendernos a nadie.Ante todo que nadie te tenga que decir que lo has hecho mal por algo así.Te puedes equivocar pero nadie te podrá llamar la atención» explica una persona que tiene muy claro que «es mejor no tener nada que vender humo».

Disfruta del atletismo, pero su labor permite que otros muchos lo hagan. «Detrás de una carrera hay mucho. Cuando empiezas a organizar algo debes empezar a valorar qué quieres hacer, con quién, de qué forma, el respaldo social y económico que tienes... Y todo ello de manera voluntaria.Incluso en ocasiones organizar todo eso nos cuenta dinero».  

Vive el atletismo desde dentro y desde fuera. Ya son muchos años. Y como tantos otros también se pregunta el por qué en Ávila 'no' somos capaces. «Parece que Ávila está gafada.Vas a Segovia, que es similar, y ves a 4.000 o 5.000 personas corriendo». Lo ha intentado, pero no lo ha conseguido. Eso sí, tiene claro que la implicación cuenta. «En otras ciudades se vuelca todo el tejido, el económico y social» lamenta, recordando cómo en ocasiones parece que las pruebas deportivas 'molestan' allí donde se celebran. «En alguna ocasión nos han dicho eso de que nos vayamos a correr al Soto porque les cortamos un rato una calle». Sin más comentarios.

Sí comenta el estado de las instalaciones deportivas de la ciudad, especialmente su falta de cuidado y mantenimiento. «Es necesario que una persona revise las instalaciones, que conozca las deficiencias.Lo que no podemos hacer es que cuando se cae un azulejo no hagamos nada. Porque tras el azulejo viene otro, y después un ladrillo y por último la pared. Pero entonces decimos que no tenemos dinero para arreglar la pared, cuando era una cuestión de haber arreglado el primer azulejo que se cayó».En su caso conoce a la perfección el estado de las pistas de atletismo. «Las gradas se están cayendo por dentro de la humedad que tienen» advierte. Tiene envidia de lo que encuentra fuera de Ávila, por cantidad y por calidad. «Aquí las instalaciones deportivas se han hecho al antojo y gusto del que mandaba en su momento. No se han unificado criterios para el buen funcionamiento y ubicación de todo».

¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza sobre Ávila?

La cantidad de historia que guardan todas sus calles del casco antiguo, en la que han paseado tanto reyes como presidentes del gobierno, disfrutando todos ellos de esta maravillosa ciudad.

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

La seguridad que se siente al pasear por sus calles.

¿Y lo que menos?

La falta de trabajo para los jóvenes o las deficiencias en las infraestructuras, tanto las sanitarias como las de comunicación con las provincias limítrofes.

Un lugar para perderse.

El paseo del rastro, por las vistas que nos ofrecen del valle Amblés mostrándonos toda su belleza.

 

Un recuerdo de su infancia.

No tengo un recuerdo de la infancia aquí, ya que me vine a los 16 años, teniendo mi primer recuerdo llegando en tren a esa bonita estación que no ha cambiado mucho.

 

Un personaje abulense que le haya marcado.

El presidente Adolfo Suárez, aporto mucho a la ciudad de Ávila y consiguió un gran cambio para todos.

El mayor cambio que necesita Ávila es...

Más facultades de la universidad, para que nuestros jóvenes no tengan que irse tan pronto.

Y Ávila tiene que mantener...

La calidad de vida que tenemos aquí, ya que contamos con un alto nivel de tranquilidad al ser la ciudad mas segura de España.

¿Qué le parece la ciudad hoy?

Me parece que es un lugar bonito para vivir, pero siempre hay cosas que necesitan mejorar como puede ser comunicaciones, sanidad, ocio, etc.

¿Cómo ve Ávila en el futuro?

Con más trabajo y más oportunidades para nuestra juventud.

¿Qué puede aportar a Ávila y su provincia?

Desde mi posición puedo apoyar el deporte, fomentando el deporte base, e instando a las

autoridades a invertir en un mayor número de instalaciones para que se pueda practicar

deporte en esta ciudad, sabiendo el clima tan duro que tenemos aquí. Yo soy una persona que viene del atletismo y se hace muy duro el poder practicarlo sanamente al aire libre, ya que en épocas invernales como sabemos todos, las temperaturas bajan mucho y no tenemos un pabellón cubierto para que nuestros jóvenes y no tan jóvenes entrenen y disfruten de este deporte que tanto quiero.