San Pedro de Alcántara, ejemplo en una vida "secularizada"

B.M
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La parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Arenas de San Pedro acogió la misa del patronazgo, presidida por el obispo de Ávila y dedicada al santo alcantarino como «referente»

San Pedro de Alcántara, ejemplo en una vida "secularizada" - Foto: Fernando Chinarro Fuentes

La bajada de la imagen de San Pedro de Alcántara desde su santuario a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de Arenas de San Pedro, da la posibilidad de que el santo esté una semana en la localidad, acompañando a sus fieles dentro de los actos organizados por el IV Centenario de la Beatificación y Patronazgo de San Pedro de Alcántara. Y esta compañía comenzó este domingo con la misa del patronazgo en la que la talla del santo alcaltarino, y la de la Virgen del Pilar, estuvieron frente al altar.

El obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, presidió esta eucaristía en la que también estuvieron presentes el párroco, Cruz Herráez y Joaquín Zurera, provincial franciscano. En cuanto a las autoridades, junto al alcalde de Arenas de San Pedro, Juan Carlos Sánchez Mesón; el presidente de la Diputación, Carlos García, y el delegado territorial en funciones, José Luis Valverde.

Ellos acudieron a una eucaristía en la que el obispo de Ávila hizo un elogio a San Pedro de Alcántara como un ejemplo ante la actual vida «secularizada». Recordó cómo Arenas de San Pedro admira a este santo, hasta al punto de añadirle a su nombre como seña de identidad (la misa sirvió como renovación del voto de patronazgo al santo).

Habló de una «admirable forma de vida» de San Pedro de Alcántara, convirtiéndose en «un referente para nosotros, una lección para vivir en un mundo tan secularizado y recuperar la presencia de Dios». «San Pedro era un hombre de continua oración» y con su ejemplo pido que el Año Jubilar que se ha concedido en este aniversario sirva para «aumentar nuestra vida de oración» y hacerlo «sin complejos».

La eucaristía vivió momentos musicales como los protagonizados por Voces de Gredos o las franciscanas alcantarinas en el salmo responsorial.

Además, hubo palabras para recordar a San José Obrero y pedirle «empleo estable y digno para todos», acordarse de quienes sufren la guerra y tener unas especiales palabras para las madres.

La eucaristía terminó con el Himno a San Pedro de Alcántara.