Sinopsis oficial
Brad Sloan es un tipo normal, con una familia normal, un trabajo normal y una casa normal. Su conciencia le reprocha continuamente no haber hecho nada de provecho. A punto de cumplir 50 (bueno, 47), entra en una crisis existencial ante un hecho inevitable: su hijo Troy se ha hecho mayor y ha de ayudarle a elegir universidad. En un viaje cómico, irónico y tierno, padre-hijo por las facultades de Boston, Brad constata que todos sus ex compañeros han triunfado y él... no. ¿Pero qué puede hacer a estas alturas para que el mundo no se pregunte qué fue de él?
La crítica -
Por J.M.S.
Comedia agridulce sobre la crisis de la mediana edad en los varones en la que Ben Stiller realiza la mejor interpretación de su carrera. Aunque lo más conmovedor es como retrata una relación padre-hijo.
El guionista Mike White, al que casi todos recordamos por la divertida historia de Escuela de rock, realiza un fantástico estudio introspectivo de lo que puede experimentar un ser humano que se siente fracasado. Porque este soberbio film mete el dedo en la llaga sobre la crisis existencial que puede sentir una persona cualquiera cuando, llegado a un punto de su vida, rebobina y recuerda sus sueños de juventud, sus expectativas y en lo que se han traducido años después.
De hecho, como habrán leído entre líneas, Qué fue de Brad da vueltas a lo que es el éxito y a cómo lo percibimos, y aquí entra, inevitablemente, el tema de la imaginación porque muchas veces ni de lejos la realidad de otros es tan halagüeña como pensamos.
En el reparto, además de Stiller, el personaje del hijo está interpretado por Austin Abrams y Martín Sheen (The Queen) quien se mete en la piel del amigo mefistofélico. La anécdota se encuentra en que el propio director y guionista, Mike White, hace un pequeño papelito. Su rostro les resultará familiar porque era “el colega” de Jack Black en la mencionada Escuela de Rock y ha participado en un sinfín de largometrajes, muchos de ellos comedias.