Mira el Real Ávila a la Nueva Balastera, allí donde se verá las caras –17,30 horas– con el Cristo Atlético en un domingo de mucho fútbol en el Grupo VIII de Tercera y una jornada –21ª– marcada por las pruebas físicas de los colegiados en un sábado que ha dejado poco margen en el calendario semanal de los equipos. Lo afronta con «confianza» el equipo tras el subidón del triunfo ante el Bembibre –«es uno de esos triunfos que genera grupo y buen ambiente» se dijo– y lo vive ilusión la afición, que arropará a los suyos en Palencia tras completarse el autobús que puso en marcha la Peña Real Ávila El Centenario y que podrían ser dos de salir adelante el que ha organizado el club. ¿Ycómo se encuentra el entrenador? Porque pasado domingo dejó dos imágenes. Una fue el zapatazo del gol de Álex Moreno, la otra fue la de Miguel de la Fuente, que se vino 'abajo' después de una tarde de muchas emociones y tensión acumuladas que cerró con unas palabras –«entrenar alReal Ávila no es fácil»– que dejó cierto poso de preocupación a todos. «Estoy bien».No rehuyó el técnico vallisoletano el tema cuando se le preguntó por ello.
«Cada vez que tienes un altibajo, si lo aprovechas para salir reforzado, estarás mejor que antes de tenerlo» seguía explicando De la Fuente ante lo ocurrido al final del partido ante los de El Bierzo. «Todos –por los medios de comunicación– sabéis lo que conlleva entrenar al Real Ávila, el proyecto, la fundación, los jugadores que hay que manejar, todos los egos, los 'feedback' que te llegan... Al terminar el partido, estando con los tuyos, cualquier situación adversa que no puedas entender te afecta más» quiso explicar el técnico, que se declaró «feliz» en Ávila y en el club, que este jueves celebró una comida de 'conjura' con todos en un momento clave del campeonato. «Estoy encantado de estar aquí y estar haciendo esta temporada, pero es bastante más difícil de lo que me habían dicho que podía ser entrenar a un equipo como el Real Ávila».
Un equipo que agradecerá la presencia de la Peña El Centenario en las gradas de la Nueva Balastera. «No es sólo sentirlos el día del partido». Va a más. «Es una semana en la que se va sabiendo que hay un autobús, que se pone en marcha otro, que te piden entradas... Sabemos que va a haber mucha gente pendiente de nosotros y esa sensación de generar ilusión es muy bonita.Nos queremos imaginar un final de partido como el que tuvimos la otra vez en la Balastera o en Laguna, con esa sensación de que las cosas están saliendo bien» y compartirla «con la gente que nos apoya cada domingo, desde el principio».