Un Real Ávila en plena progresión se llevó por delante al líder de la competición, el Burgos, que llegaba al Adolfo Suárez como ejemplo de solidez y fortaleza, con una sola derrota en su casillero. Ya tiene dos. La segunda se la endosó un equipo abulense que durante la mayor parte del encuentro tuteó al primer clasificado, tuvo momentos de debilidad y sufrimiento tras encajar el empate, pero cazó una buena jugada a tres minutos del final que significó el gol de Vicente y una victoria de calado para equipo, que se puede empezar a creer que su mejoría es un hecho incontestable, tanto como para derrotar al que la mayoría da como campeón del grupo, un hecho que, hasta ahora, sólo había hecho el Palencia.

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