Estoy convencido de que hay más gente buena que mala

David Casillas
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La pizarra de David Casillas

Estoy convencido de que hay más gente buena que mala

Lo primero, como bien educado que es uno, es darle la bienvenida a su casa.

Muchas gracias, porque es verdad que Diario de Ávila ha sido durante muchos años mi casa, y lo recuerdo con mucho cariño. Casi todos mis recuerdos están asociados al personaje de Alonsillo, que protagonizaba mi tira cómica.

… que se titulaba en broma 'Noticias sin confirmar', algo que ahora parece una premonición ante tantos relatos interesados como nos rodean por doquier, eso que llaman fake news.

Le puse ese título para que se entendiera que mis viñetas precisaban de una confirmación para entrar en el reino de lo veraz, que se trataba de algo así como una verdad vestida de domingo, de fiesta y desenfado. Una imagen borrosa que precisa de la complicidad del lector para que al entonar sus ojos se pueda ver adecuadamente. Mis viñetas no querían engañar, sólo dar una información de la realidad versionada por mi criterio. Las fake news son diferentes, son noticias deliberadamente falsas  que alguien (con intereses miserables) quiere introducir en nuestras vidas como si fuesen hechos verdaderos.

¿Le costó dejar de hacer esa tira gráfica diaria?

Me costó mucho, porque el hecho de hacer un dibujo diario presupone que tienes que estar constantemente analizando la actualidad o pensando cómo le sacas punta a algo, pero si luego no lo viertes en un papel te quedas un poco vacío, construyes cimientos pero luego no levantas el edificio.

Resumir en un dibujo la esencia de la actualidad no parece fácil

En realidad es una labor compleja, un trabajo de conocimiento y de destilación. Primero tienes que revisar los acontecimientos y seleccionar lo que crees que es realmente importante, y luego sacarle la vena humorística sin dañar a nadie, porque esto último es importante.

O sea, que en humor no todo está permitido.

No, de ninguna manera, hay que tratar a todo el mundo con respeto, entendido como la consideración de dignidad a la persona, de buen trato.

¿Hacer una tira gráfica tiene algo de alquimia por eso de conjugar muchos ingredientes?

No diría yo tanto, pero sí que es un trabajo apasionante que puede compararse con hacer la caricatura de una persona, porque es analizar todo lo que es la persona y decidir qué es lo fundamental para definirla. Es un ejercicio de síntesis al que hay que sumar otro de análisis de la forma gráfica de los acontecimientos.

Que la inspiración le pille a uno trabajando.

Claro, porque es una tarea que exige mucho tiempo, mucha práctica, mucho trabajo. O eres un genio o tienes que trabajar mucho para llegar a una cierta calidad.

También había en sus tiras no poca filosofía vital, recuerdo una en la que decía algo así como que «uno es consciente de que ha alcanzado la madurez cuando muchas cosas le importan un bledo».

Cuando analizas algún comportamiento de la sociedad o te preguntas el por qué de algo, no cabe duda que estarás filosofando. 

Usted fue también profesor durante muchos años, ¿aprendió mucho?

(Risas) Es cierto que un profesor aprende más de sus alumnos que lo que les enseña, porque es una labor que enriquece mucho. La verdad es que yo, en esencia, siempre he sido o dibujante o pintor, siempre me ha gustado, fíjese que ya a los cinco años gané el primer concurso. Pero claro, después de hacer la carrera tienes que tener un plan de vida, y opté por la docencia.

¿Y la profesión fue un poco en contra de la afición?

Así fue, mi tarea de profesor me ha gustado mucho, pero no me permitió dibujar y pintar tanto como hubiera querido, especialmente porque las clases de Dibujo técnico son durísimas y tenía que estar al día para prepararlas, corregir, etc.

Pero la jubilación habrá cambiado eso.

Así ha sido, llega la jubilación y todo eso cambia absolutamente porque tienes tiempo para hacer realmente lo que quieres, que en mi caso es dibujar, escribir y pintar.

También jugó al baloncesto, imagino que eso no lo ha recuperado.

Sí, jugué en el mítico Ábula; y no, no lo he recuperado con la jubilación. He hablado de la pintura y el dibujo, pero entre mis pasiones fundamentales también ha estado el baloncesto, que fue uno de los motivos vitales que decidieron el rumbo de mi vida.

¿El baloncesto fue también una fuente de valores?

Sin duda que lo es, y en mi caso todavía estoy viviendo de las rentas, en gran medida, de lo que aprendí en el baloncesto. Aprendí que en el deporte no importa que te ganen siempre que hayas hecho todo lo posible para que no sea así, y te puedes luego ir a tomar unas cañas tan ricamente con quien te ha ganado. Y eso lo he llevado a mi vida, en el sentido de que realice lo que realice tengo que intentar hacerlo lo mejor posible, y trabajo y sufro para ello. Para dibujar, por ejemplo, hace falta estar muchas horas sentado, y hacer muchísimo esfuerzo por aprender.

También aprendí en el baloncesto, y he procurado llevarlo a mi vida, que hay que hacer lo que sea, una décima de segundo antes de lo que lo puede hacer el adversario; hay que anticiparse a lo que puedan hacer los otros, en defensa y en ataque.

Cuando comenté a un amigo que iba a entrevistarle a usted me dijo que le recordaba por su libro Ávila a vista de pájaro, ¿qué le parece?

Me encanta que me recuerden por ese libro, que ya tiene 40 años. Lo hice con todo el cariño del mundo y fue para mí un placer contar en viñetas lo mucho que yo quería a Ávila y a su provincia, y lo que me gustaría que la conociera la 'gente menuda'.

También sería muy satisfactorio el gran éxito que tuvo entre los lectores.

Me llegó el reconocimiento de la gente y eso es algo que para los autores es precioso. Habitualmente cuando hacía los chistes para el periódico o publico libros no tengo esa retroalimentación, ese feedback, esa respuesta que sí tuve con Ávila a vista de pájaro, y fue maravilloso.

Con tantos años de bagaje a sus espaldas, ¿la vida le ha decepcionado o no?

La conclusión a la que yo he llegado es que la vida es muy difícil de vivir y hay que luchar mucho, mucho. Cierto es que te encuentras a gente con una cierta capacidad de maldad, pero estoy convencido de que en la vida hay más gente buena que mala.

Y si no, ¿hay que buscarla?

Exacto, hay que buscar a esa gente buena porque existe. El mundo y la vida son maravillosos y tenemos que disfrutarlos al máximo, y procurar con nuestros actos que lo que nos rodea sea progresivamente mejor.

ARCHIVADO EN: Ávila