El Real Ávila dormirá toda la semana en puestos de descenso. Había especulado con ello la pasada semana, cuando el triunfo de la Cebrereña ante La Granja le colocó en la noche del pasado domingo en una situación delicada, sin embargo el empate (0-0) ante el Burgos Promesas 2000, aunque insuficiente, fue un pequeño bálsamo a efectos clasificatorios. Sin embargo este fin de semana ni bálsamos ni tiritas.Porque el equipo encarnado dormirá por primera vez toda la semana –con lo que ello conlleva a efectos de presión y nerviosismo– en puestos de descenso tras una nueva derrota –y van seis en 12 jornadas– en Miranda ante un recién ascendido desde la Regional y después de que el Cristo Atlético saliera de puestos de descenso, donde además el Villaralbo parece querer despertar. Deportivamente el Real Ávila está en su momento más delicado. Por ello desde el club, en la misma noche del domingo, se lanzaba un mensaje de «tranquilidad y calma» ante la situación por la que atraviesa un equipo «en el que estamos trabajando para mejorar», se insistía por parte de miembros de la recién elegida Junta Directiva.

Tranquilidad y, al menos de momento, defensa y confianza en Borja Jiménez como entrenador del equipo encarnado. Porque en el club se ratifican en la figura del entrenador.Al menos de momento. No se oculta que «lo que tenga que ser, será», como si la puerta quedara posiblemente abierta a próximos acontecimientos, pero de momento las intenciones del Real Ávila pasan por mantener a Borja Jiménez en el banquillo encarnado en una semana en la que el equipo deberá preparar el duelo del próximo domingo ante la Segoviana.Un duelo que puede ser determinante.