Los secretarios generales de UGT y Comisiones Obreras en Castilla y León, Agustín Prieto y Ángel Hernández, respectivamente, iniciaron este lunes en Ávila una ronda de asambleas de delegados que les llevará en los próximos días a las capitales de provincia de esta Comunidad para movilizar a la población de cara a la huelga general del próximo 14 de noviembre. Una  convocatoria que, tal y como apuntó Prieto, «no sólo debe ser laboral, sino social, porque estamos luchando por un presente que no tenemos y por un futuro que se prevé peor que lo que hay ahora».  
El dirigente de UGT dejó claro que «no se trata de una huelga política, sino contra las políticas de un Gobierno que usa la crisis para poner en marcha medidas neoliberales con recortes que tanto daño están haciendo y que ha perdido la legitimidad social y democrática de las urnas, pues hace lo contrario a lo que dijo en su programa electoral».

Agustín Prieto recordó la huelga de hace ocho meses «contra una reforma laboral que hoy es una realidad y que ha provocado mucho más paro». «La prioridad del Gobierno es el control de la deuda y el déficit, no reducir el desempleo ni salir de la crisis», afirmó, al tiempo que pidió al Ejecutivo de Rajoy que «no se escude más en las herencias, ya que desde que están gobernando se ha incrementado en medio millón el número de parados en España y en 25.000 en Castilla yLeón».

En esa misma línea se expresó el secretario regional de CCOO, quien recordó que con esta convocatoria de huelga general se suman a la realizada por la Confederación Europea de Sindicatos en los países que son «los hermanos pobres de la Unión Europea», en los que «las políticas aplicadas están llevando a una gran recesión de la actividad económica y a unos mayores datos de desempleo».
Para Ángel Hernández, «esas políticas catastróficas no han generado actividad económica y han servido para provocar un desempleo desbocado y una falta de ingresos en las administraciones públicas, desarticulando el estado de bienestar y propiciando la pérdida de influencia del Estado como efecto amortiguador de las desigualdades sociales».
Según Hernández, desde que el Gobierno de Rodríguez Zapatero «inició la senda del dictado de la UE, todos los indicadores de España han empeorado», pues «tenemos peores condiciones laborales, más desempleo, peor cobertura del desempleo y un mayor problema para acceder a éste, además de que viene una reforma de endurecimiento de las condiciones de acceso a las pensiones».