La Estrella abrió el cielo

Ana Agustín
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Un retraso de más de tres cuartos de hora sobre el horario previsto y mucho sufrimiento entre nazarenos y costaleros por la amenaza de lluvia precedieron la salida de la procesión de la Estrella este martes Santo

La procesión de la Estrella salió con la mirada puesta en el cielo. - Foto: Javier Ventosa

Una mezcla de emociones se unían en la iglesia de Santa María de Jesús ‘Las Gordillas’. Todos cuantos pertenecen a la Hermandad de Nazarenos de Jesús Redentor ante Caifás y Nuestra Señora de la Estrella esperaban el momento de salir en procesión por las calles de la ciudad, ante un cielo de tormenta con lluvia intermitente. La incertidumbre se reflejaba en los rostros de los penitentes mientras preparaban sus hábitos pero aún más entre los costaleros que, con evidente nerviosismo, se situaban frente a su paso a la espera de la evolución del cielo. Carmen Formoso, teniente hermana mayor de esta entidad deambulaba por el templo y comunicó a esta redacción que «vamos a esperar hasta las cinco a ver que pasa». Así se anunció por megafonía a todos los presentes, que se presignaron y suspiraron hondamente. Esta era la procesión desde dentro, unos minutos antes de su salida señalada (las 16,15 horas): un verdadero calvario en el que el incienso, el olor a la cera de los velones y el murmullo recogido propinaban un ambiente difícilmente comparable con cualquier otro.   

Las cinco en punto y una voz anunció que se salía, así que, los aplausos y abrazos llenaron todo el templo. Se abrieron las puertas laterales, grandes aunque no lo suficiente como para que los pesados y voluminosos pasos (Nuestro Padre Jesús  Redentor ante Caifás y Nuestra Señora de la Estrella) pudieran salir sin dificultad. En el exterior, cientos de personas esperaban ansiosas la salida de la procesión. Un centenar de nazarenos, representantes de distintas cofradías y damas se preparaban para iniciar el camino de penitencia. Los costaleros, principales protagonistas, ajustaban sus fajines y sus costales para emprender la dura tarea de portar al Misterio (40 costaleros) y a la Virgen de la Estrella (30 costaleros). Algunas novedades  como la túnica y el cíngulo nuevos de la talla de Jesús, las capillas del paso, simbolizando a los cuatro evangelistas y una miniatura de Santa Teresa en el frontal del paso de la Virgen de la Estrella saldrían por primera vez a las calles de Ávila. El pesado paso (1.000 kilos) de Jesús ante Caifás emprendió la salida cuando la lluvia comenzó de nuevo a caer. Momentos muy tensos se vivieron entonces hasta que una nueva reunión de la directiva, y ante la perspectiva de que el cielo iba abriéndose, la salida se hizo efectiva y la Virgen de la Estrella comenzó también su majestuoso y lleno de dificultades camino hacia el exterior mientras los aplausos daban paso a la saeta cantada por el cascabel de Ávila. Las bandas del Santísimo Cristo a la Columna, ‘El Amarrao’, y la del Tormes emprendieron el camino tras los pasos. Bellas estampas se fueron multiplicando a lo largo del recorrido, que fue seguido por numeroso público y durante el que la lluvia no volvió a hacer acto de presencia.