Cuatro personas han sido detenidas en Arévalo, en el marco de una operación, que la Guardia Civil ha denominado han denominado Taíra, por los delitos de estafa, asociación ilícita y falsificación de documentos, informaron fuentes de la Benemérita. La estafa consistía en la venta de cachorros de canes por Internet, además de otros servicios anunciados como criadero propio, residencia canina, centro de adiestramiento y venta de cachorros de perro y potros.
Las investigaciones se iniciaron por el Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Arévalo (Ávila), junto con el Equipo de investigación del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de Ávila en Junio de 2012, por la denuncia formulada por un particular tras la adquisición de un cachorro de can a través del un anuncio en una página de Internet.
Como resultado de las mismas se observó, según señala la Guardia Civil, la existencia de un núcleo de personas que residirían en la localidad de Arévalo y las cuales estarían implicadas en diverso grado en los hechos investigados a raíz de la venta de dicho cachorro. Por este motivo, el pasado día 18 de octubre de 2012, la Benemérita procedió a detención de J.A.M.T. de 33 años de edad, H.M.T. de 29 años de edad, P.C.G. de 48 años de edad y el día 23 de octubre de 2012 de V.C.J. de 26 años de edad, todos ellos vecinos de Arévalo.
Registro. El día 18 de octubre de 2012, se llevó a cabo un registro en la residencia canina sita en Arévalo, lugar donde supuestamente se encuentran los perros que las personas antes reseñadas venden y donde fue entregado el cachorro de raza Shiba-Inu a la denunciante. «En la inspección realizada –prosiguen afirmando las mismas fuentes– se detectaron irregularidades administrativas en el libro de registro de la residencia canina, ya que en lugar de ser utilizado para el registro de los cánidos que pernoctaban mayores de tres meses, se usaba como control de entrada y salidas de los cachorros depositados en éste para su venta». Además «durante la investigación se constata que diversos anuncios en páginas de Internet especializadas en la venta de cachorros con pedigrí y su punto de venta, son gestionadas por las mismas personas, facilitando incluso conocer las instalaciones donde se encontraría los padres con el resto de la camada del cachorro elegido, afirmando ser criadores propios, cosa que resultó no ser cierta».
Asimismo, los investigadores de la Guardia Civil localizaron una página Web en la que «las líneas de teléfono que eran usuarias las personas investigadas, se ofertaban la adquisición remunerada de cualquier tipo de camada, independientemente si éstas eran de raza pura o no, lo que ponía de manifiesto que los vendedores de los cánidos no poseían un criadero propio, y que los pedigrís ofertados podrían estar confeccionados de manera fraudulenta, o por lo contrarío, tratarse de inscripciones iniciales en los libros gestionados por diferentes asociaciones caninas existente en España que al no poder justificar cuales son los progenitores del can, solo expide la certificación de su inscripción, que fue lo que ocurrió en el caso que motivó la denuncia, difiriendo esto de lo ofertado a la víctima».
Concluye las mismas fuentes que en el reconocimiento efectuado por distintos veterinarios al cánido que da origen a los hechos denunciados certifican que éste no sería de la raza pura a la ofertada, Shiba-Inu, y padecía una enfermedad denominada displasia.