Un Banderas robotizado

DPA
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El actor y director español seduce en San Sebastián con 'Autómata', una cinta que bebe çdel universo de Isaac Asimov y que ha sido realizada con «con sangre, sudor y lágrimas»

62 EDICIÓN DEL FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN - Foto: Juan Herrero

¿Ciencia ficción realista y made in Spain? Aunque pueda sonar contradictorio, así se define Autómata, el nuevo trabajo que produce y protagoniza Antonio Banderas y que ayer se estrenó en el Festival de cine de San Sebastián con ganas de dar mucho que hablar.

Sonriente y luciendo bronceado, Banderas confesó que se sentía «excitado» por poder ver finalmente la película en pantalla grande, con público y en una cita donde se siente «como en casa». Y es que, aunque algunos hayan hablado de superproducción, «lo cierto es que es una cinta de autor hecha con sangre, sudor y lágrimas».

El protagonista de Desperado da vida, en esta ocasión, al agente de seguros Jacq Vaucan, que trabaja en una corporación cibernética. Una catástrofe nuclear ha convertido la Tierra en un peligroso desierto radiactivo, donde solo se puede vivir en determinadas zonas de seguridad, respirando un aire controlado artificialmente.

A Vaucan, que está a punto de ser padre, le ahoga traer un bebé a un mundo semejante. Y en medio de este conflicto existencial comienza a investigar una serie de extraños casos con robots que parecen haber transgredido sus protocolos de seguridad, poniendo en jaque el futuro de la humanidad.

El intérprete aseguró que el guión de este proyecto le «cayó» en la mesa de maquillaje de La piel que habito, y quien se lo tiró fue su compañera Elena Anaya, que había trabajado con el director Gabe Ibáñez en Hierro. «No lo leí entonces porque Almodóvar absorbe mucho», aclaró, pero «en cuanto pude hacerlo me cautivó».

Sin embargo, los comienzos no fueron precisamente fáciles, sino más bien una metáfora de lo que sucedería después: invitó a Ibáñez a Túnez, donde estaba rodando Oro negro, pero el estallido de la Primavera Árabe convirtió su primer encuentro en dantesco, con un coche con los cristales rotos como escenario.

La inversión. Después siguió un largo periplo en busca de financiación, hasta que Banderas consiguió mover uno de sus contactos. De hecho, él no han cobrado nada por su trabajo, y frente a lo que han publicado algunos medios, el presupuesto de Autómata se reduce a cinco millones de euros.

El filme, señaló Ibáñez, «bebe del universo sentimental de las novelas de Isaac Asimov» que leía de adolescente. Y es que aunque parece un género ligero, «la ciencia ficción tiene una capacidad filosófica muy potente» que en, este caso, plantea una reflexión sobre cómo el ser humano puede quedarse atrás en el proceso evolutivo.

La ciencia-ficción era muy habitual hace unas décadas, añadió Ibáñez, cuya carrera comenzó supervisando los efectos especiales de cintas como El Día de la Bestia. «Pero Hollywood ha convertido el género en un cine más familiar de aventuras en el futuro, diluyendo la línea entre la ciencia ficción y el cine fantástico».

«Nosotros queríamos una trabajo con conexión directa a la realidad que nos ha tocado», apuntó Banderas. Y para lograr ese realismo parten de una propuesta «retrofuturista», con robots físicos en lugar de digitalizados y los códigos narrativos clásicos, con iconografía del western y el thriller.

El actor, que debuta en este género, señaló que Autómata podría animar a otros cineastas españoles a abordar sin complejos el género, del mismo modo que él hace muchos años abrió el camino a otros intérpretes que hoy triunfan en Hollywood. «Autómata es una prueba de que se puede hacer», aseveró.

«Antes, los ovnis y los platillos volantes aterrizaban siempre en EEUU. En España no podíamos pagarlo, y si se hacía, había tan pocos medios que tenía que ser necesariamente en forma de comedia», destacó. No obstante, la película está rodada en inglés, y con la exmujer de Banderas, Melanie Griffith, como secundaria, puesto que va dirigida a un público global.

Peticiones al Gobierno. Pese a las estrecheces, el malagueño confesó que había «cierto placer en volver a sentir que la necesidad crea estilo», como en sus comienzos como actor. Eso sí, aclaró, aunque Autómata está hecha sin ayudas públicas, no quiere decir que no las defienda. «Hace falta que el Ejecutivo apoye al cine español, abra puertas y baje el IVA para que la gente vuelva a las salas».

Mientras, él, como productor, seguirá metiéndose «en berenjenales» y arrimando el hombro aunque, como sucedió con la película animada Justin y la espada del valor, pierda dinero. «Fue un puñetazo económico muy duro, pero queda la satisfacción del trabajo y de haber dado empleo a 150 personas», afirmó.