Qué bien se lo hubiera pasado Celia Cruz cantando a los cebrereños en su Domingo de Piñata aquella canción que entonaba como nadie y que decía aquello de «Ay, no hay que llorar, que la vida es un Carnaval y es más bello vivir cantando...Y es que si hay un pueblo por antonomasia que vive para el Carnaval es Cebreros, y no sólo en estos días sino durante buena parte del año. Se siente en la calidad de sus disfraces que denota el mucho tiempo invertido, en los detalles de sus carrozas, en la implicación de los vecinos, grandes y chicos: los grandes lo tienen más que asentado y los pequeños, en muchos casos lo traen de cuna porque bastaba con mirar su comportamiento, la forma de llevar los trajes y hasta hacer coreografías e incluso la forma de posar ante decenas y decenas de fotógrafos profesionales y aficionados que se distribuían a lo largo del recorrido de un desfile de Carnaval que este domingo ocupó cerca de tres horas que bien merecieron la pena.
Es evidente, y cada año más, que los cebrereños no están sólos porque sólo dando forma al desfile provincial de carrozas y comparsas había 2.200 personas, según apuntaron desde el Ayuntamiento que dirige Ángel Luis Alonso Muñoz. Gran parte de la provincia se vuelca no sólo por lo suculento de los premios (qué también) sino porque se siente que todos y cada uno de los que este domingo se citaron en el desfile disfruta con lo que hace. Fueron 17 localidades (18 con Cebreros) las que se sumaron a la fiesta en la disputa por los premios del XVIII Concurso Provincial de Carrozas y Comparsas y que es el VII en lo que al concurso provincial infantil se refiere. Junto a las participantes algunos que, aunque fuera de concurso, tenían ganas de mostrar su buen hacer con el disfraz y de dar más color a una fiesta que es, justamente, de interés turístico regional desde hace seis años.
Sin opción a premio salieron Pelayos de la Presa y Leganés y con opciones por aquello de ser de la provincia, La Adrada, El Hoyo de Pinares, Gutierre Muñoz, El Barraco, Arévalo, Arenas de San Pedro, Casillas, El Tiemblo, Navarredondilla, Pedro Bernardo, Santa María del Tiétar, Las Navas del Marqués,Sotillo de La Adrada, Ávila, Higuera de las Dueñas, Adanero, Padiernos y Casavieja. Es decir 17 pueblos de fuera y Cebreros compitiendo por ser los mejores.
No había balcón a lo largo de la avenida de la Constitución que no tuviera visita para presenciar desde las alturas las mejores vistas de un imponente desfile. Tras las vallas se distribuían también cientos y cientos de vecinos acompañados de otros muchos, muchísimos visitantes hasta contarse por miles.
La casi siempre tranquila carretera que da acceso a Cebreros también se llenaba para la ocasión y el último kilómetro antes de llegar a Cebreros más parecía el acceso a Madrid que a un pequeño pueblo de la provincia de Ávila. Aparcar era una difícil tarea, como lo era intentar tomarse una caña o un pincho en este Domingo de Piñata.Cebreros vive por y para el Carnaval, pero también en sus días clave vive del Carnaval porque el municipio se dinamiza que da gusto. Igual demasiado concentrado todo en un día, pero merece la pena, sin duda.