Jugar en la calle, salir con los amigos o quedar en el parque a la vuelta de la esquina son algunas de las actividades que los niños, e incluso adolescentes, acostumbraban a hacer en su tiempo libre hace años. La vida de barrio era la adicción más preocupante de unos y otros.

Sin embargo, con la llegada de la era tecnológica, la gran mayoría sustituyó la comba por una tablet o el mando de la consola.

Cada año se inician nuevas formas de enganche, y el último hito son las apuestas en línea, sobre todo las de las casas deportivas, que ya han embaucado a una gran parte de la población con especial éxito entre los jóvenes, un colectivo en el que el alza de adictos ha hecho saltar todas alarmas. A pesar de que los menores de 25 años son los que menos participan en las actividades que concentran un mayor volumen de consumidores, como comprar la lotería o los casinos, son los más propensos a usar aplicaciones para conseguir dinero fácil.

El juego online es un mercado que lleva regulado en España desde el año 2012, y actualmente supone algo más del seis por ciento del total en el país, una cifra que quizá no asuste, pero que va en aumento año tras año.

Mientras en 2013 los ingresos de las empresas dedicadas a este sector eran de 229 millones de euros, el año pasado los beneficios se situaron en los 560 millones, según los últimos datos de Hacienda. Actualmente, alrededor de millón y medio de usuarios disfruta de las apuestas en la red, una cifra que duplica a la de hace cuatro años.