Primer recuerdo a San Pedro Bautista

diariodeavila.es
-

San Esteban del Valle cumplió con el primero de los cuatro 'Vítor' en honor a su patrón con una celebración de Interés Turístico Regional

Cuatro son las veces al año en las que los vecinos de San Esteban del Valle festejan a su patrón: San Pedro Bautista. La primera de ellas tuvo lugar este viernes cuando como cada 5 de febrero esta localidad del Valle del Tiétar celebró el tradicional Vítor con el que los fieles de este pueblo recuerdan el martirio sufrido por este santo natural de este municipio en Japón, así como conmemoran la llegada de su santa cabeza a su pueblo natal, procedente en este caso del convento de las Concepcionistas de la localidad zamorana de Toro. Lo hacen con singular fiesta declarada de Interés Turístico Regional en 1991.

Centenares de personas, muchas más de hecho que las que se congregaron en esta misma celebración el pasado año, entre otras cosas porque entonces la festividad cayó en jueves y las temperaturas fueron bastante más bajas, con nieve incluida, se dieron cita este viernes en San Esteban del Valle para participar y disfrutar de una celebración donde buena parte del protagonismo lo tienen los caballos y los jinetes que montados sobre estos protagonizan una espectacular carrera que discurre por las empinadas calles de este municipio y que es seguida con gran interés por los presentes.

Pero pese a ser esta carrera el momento más destacado de esta celebración, lo cierto es que el primer Vítor del año (los restantes se celebran el 11 de febrero y el 7 y 8 de julio) dio comienzo por la mañana con una celebración eucarística y con la posterior bajada del santo. Ya al caer la tarde y en respuesta a la llamada de las campanas como es tradición jinetes y fieles a pie se comenzaron a congregar en la puerta de la casa del santo, lugar desde donde partió esta procesión en la que son características las antorchas encendidas y habitual que los fieles lleven cintas rojas ceñidas a la cabeza en recuerdo de su vecino, y hoy patrón local, martirizado en Japón.   

Siguiendo la tradición, durante esta procesión que es dirigida por ‘el que clava el Vítor’ o mayordomo, se declamaron las décimas en honor al santo en las que se recuerda su tarea evangelizadora en el país nipón y a las que los presentes responden con atronadores vítores dedicados tanto a San Pedro Bautista como a su Santa Cabeza. Y un año más, al grito de «Vítor» dio salida esta singular carrera de monturas y jinetes que finaliza junto a la iglesia parroquial. También se cumplió este año, como no podía ser de otra manera, con la tradicional subasta del vítor o estandarte del santo mediante una puja reservada a los nacidos o bautizados en la localidad y en la que se volvió a oír eso de «si es forastero no vale, si es del pueblo bueno es», y donde el mejor postor logra el privilegio de poder ‘clavar el vítor’ en la puerta del templo parroquial para que sea venerado de forma pública por todos los fieles.

Tras este primer vítor del año, el próximo jueves los vecinos de esta localidad volverán a venerar a su patrón en una tradición que tiene su origen en el año 1601, fecha en la que un monje testigo del martirio sufrido por San Pedro Bautista en Nagasaki llegó a San Esteban del Valle ensalzando la figura del santo, y que se celebra desde 1627, tras la beatificación del hoy patrón también de este municipio.