La de este sábado puede ser la ‘gran noche’ para el director de cine Daniel Guzmán, cineasta de raíces candeledanas que ya triunfó en 2003 en el campo del cortometraje con Sueños y cuya ópera prima en el mundo del largometraje, la intensa, divertida y dura película A cambio de nada, aspira a conseguir nada menos que cinco premios Goya de los considerados de primer nivel: mejor película, mejor dirección novel, mejor guión original, mejor actor revelación y mejor actriz revelación.

La satisfacción, según ha reconocido el director, sería especialmente singular si entre quinteto de nominaciones consiguiese la última de las antes mencionadas, ya que la aspirante a ese reconocimiento es ni más ni menos que su abuela, la candeledana Antonia Guzmán, una mujer de 93 años que podría convertirse –y méritos no le faltan– en la persona de mayor edad en hacerse con uno de los galardones más importantes del cine español.

Antonia Guzmán, que nunca se había puesto delante de una cámara, borda el papel –por valía, por entrega, por capacidad de convicción y por ilusión– de una señor mayor que recoge muebles abandonados con un motocarro y que, por esas vueltas que da la vida, se convertirá en la familia elegida de un adolescente que ha huido de su casa, en la que vivía un infierno, para comenzar a buscarse la vida por su cuenta en un ambiente en principio muy desfavorable.

Todo puede suceder esta noche en la gran gala de los Goya, pero no es osado pensar que A cambio de nada puede ser una de las triunfadoras de la noche, dando continuidad a una merecida cadena de reconocimientos entre los que destacan cuatro en el Festival de Málaga (Biznaga de Oro a la mejor película, Biznaga de Plata a la mejor dirección, Biznaga de Plata al mejor actor de reparto para Antonio Bachiller y Biznaga de plata Premio Especial del Jurado de la Crítica), además de cuatro nominaciones para los Premios Feroz (incluyendo mejor película dramática, director y guión) y una a los Premios José María Forqué (mejor película).