El primer año de regulación micológica en Casillas se cierra con 400 permisos

diariodeavila.es
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Si bien antes se acogió a la iniciativa provincial, Casillas optó en 2014 por su propia regulación

Finalizada la temporada de setas en la provincia de Ávila toca hacer balance y todo parece indicar que la de este año ha sido una de las mejores de los últimos tiempos. Esa es la impresión que se tiene también en Casillas, donde una vez concluida la época de recolección, que llegó con los primeros fríos de diciembre, se asegura que los resultados de la campaña otoñal de recogida setas de este año han sido «espléndidos». Este balance sumamente positivo que se realiza desde el Ayuntamiento de Casillas se atribuye «a las buenas condiciones meteorológicas del otoño, lo que se ha traducido en una gran abundancia de hongos comestibles y no comestibles, destacando entre los primeros Amanitas y boletus, además de níscalos, cuya abundancia ha sido inferior a la de las otras dos especies».

Las favorables condiciones climatológicas de este otoño para la proliferación micológica han tenido su repercusión en los ingresos municipales, ya que hay que recordar que pese a ser uno de los primeros municipios que se acogieron a la regulación micológica de la provincia, el Ayuntamiento de Casillas decidió en 2014 desligarse de este grupo y regular de forma autónoma el aprovechamiento de setas con el objetivo también de vigilar no sólo que la recolección de setas se realizaba conforme a lo establecido sino también para que esa vigilancia frenara las acciones  de furtivismo que cada año sufren los castaños locales de propiedad privada.

Así las cosas, explican desde el Ayuntamiento de Casillas, estos «buenos datos de productividad de nuestros bosques» en lo que respecta a micología «se han traducido en una venta cercana a los 400 permisos micológicos para la recolección en la Reserva Micológica de Casillas, gestionada directamente por el consistorio local» que han permitido que «la activa vigilancia de la recolección micológica se haya compaginado con una vigilancia del castañar, de propiedad privada, donde la caída de su preciado fruto coincide en el tiempo con la campaña de recolección de setas, todo ello gracias a un acuerdo con la Cooperativa de Castañas San Antonio de Padua. Este hecho se ha traducido en la generación de trabajo a nivel local,  pero también en el respeto por las buenas prácticas de recolección micológica y el respeto a la propiedad de las castañas».