Las recetas de la felicidad

Carolina Martínez
-

El psiquiatra Luis Rojas Marcos destaca que la clave para ser dichoso radica en hablar, hacer deporte, cuidar los lazos afectivos y tener un toque de autoestima y mucho sentido del humor

Las recetas de la felicidad

 

 
Receta de la felicidad: hablar, cultivar a los amigos y a la familia, hacer un poco de deporte, pensar en positivo, diversificar las parcelas de la vida, una porción razonable de autoestima y mucho sentido del humor. Éstas fueron las claves que ayer ofreció el psiquiatra Luis Rojas Marcos en la primera jornada del II Congreso Internacional de la Felicidad organizado por Coca-Cola en Madrid.
El prestigioso psiquiatra afincado en Nueva York fue el primer ponente de este evento, amparado por Eduardo Punset, que reúne durante dos días en Madrid a más de 1.000 asistentes de todos los ámbitos sociales. 
Rojas abrió fuego asegurando que cada vez que aterriza en España se pregunta por qué la mujer española es una de las tres más longevas del planeta: «Porque habla mucho». «Valentín Fuster dice que hablar es bueno para el corazón y yo digo que también para la mente», señaló. Codificar las emociones negativas, como el miedo, hace que éstas pierdan intensidad, por eso hablar es uno de Los protectores de la felicidad, y éste fue, precisamente, el tema principal de su conferencia.
Además, el profesor de Psiquiatría en la Universidad de Nueva York añadió otros ingredientes en el cocktail de la felicidad o de la «satisfacción con la vida en general», expresión que utiliza en sus clases. En su opinión, ese sentimiento debe ser «estable» y no fruto de un momento o de un hecho concreto. La posibilidad de ser felices, añadió Rojas Marcos, «viene en los genes». «Todos podemos serlo», añadió.
Así, la felicidad es un cocktail formado por las relaciones afectivas con otras personas: familia, amigos, colegas profesionales… En el que ayuda la práctica de algún tipo de deporte o actividad puramente física, que ayuda a mantener la disciplina y el control. Apuntó que «las personas que tienden a tomar el control de situaciones complicadas protegen su felicidad más que los que responden con frases como lo que Dios quiera o es cuestión de suerte».
El especialista también destacó que hay que mantener una buena dosis de sentido del humor. De este modo, contó una anécdota personal. Poco antes de morir, le preguntó a su madre si prefería entierro o incineración, y ella respondió: «Dame una sorpresa».
 
«el pasado fue peor». Tras Rojas Marcos, le contó el turno a Juan Luis Arsuaga, codirector de los yacimientos de Atapuerca, quien destacó que «la grandeza y la tragedia de la vida es la consciencia», que hace el hombre ser consciente de su existencia pero también de su muerte. Tras una breve repaso de la larga historia de la evolución humana, el paleontólogo confesó que una de sus claves para la felicidad es «vivir en armonía» con la naturaleza y el resto de especies que pueblan la tierra. «Lo que realmente me causa tristeza y depresión es asistir al expolio y la destrucción de la naturaleza», añadió.
El escritor y divulgador científico Eduardo Punset intervino brevemente al comienzo de la jornada para poner como ejemplo que «solamente el hecho» de que más de 1.000 personas se congreguen para hablar de la felicidad prueba el hecho de que «cualquier tiempo pasado fue peor». Antes, bromeó el director de Redes, las masas se reunían para realizar un sacrificio humano o para asistir a un entierro. «Estamos saliendo del imperio del dogma», argumentó.
Punset defendió la necesidad de buscar la satisfacción porque «realmente la vida la hay antes de la muerte, después… I don´t Know, maybe (no lo sé, quizás)».