'El infierno más bonito que conozco'

P.R.
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El libro del pediatra Jorge Muñoz Rueda narra las experiencias vividas por este médico español durante el viaje que realizó al Chad más profundo y más pobre y que presentó ayer en el ciclo 'Literarios 2018-2019'

«El 8 de enero tengo billete para regresar al Chad. En el último vieja hace tres años hubo un grupo armado se nos cruzó en una carretera  y, sin identificarse, nos sacaron y estuvimos retenidos unas horas. La embajada española nos había avisado porque no deberíamos de haber ido. Después de ese  último viaje tuvimos que quedar en tierra. Hemos retomado de nuevo porque las cosas parece que están mejor y volvemos porque tenemos ganas». Son palabras del pediatra español Jorge Muñoz Rueda. La experiencia de sus viajes al Chad la plasmó primero en un blog y después en un libro que tituló ‘El infierno más bonito que conozco’. Ha tenido un éxito tremendo y una respuesta de la gente que lo ha leído. También prepararon un documental que  recientemente ha sido galardonado en el festival internacional de Mallorca.  Ayer estuvo en Ávila, invitado por la Fundación Ávila para participar en el ciclo ‘Literarios 2018-2019’. Como el mismo reconocía, se encontraba extraño, participando en un foro en el que participan destacados literarios españoles. Pero reconocía que era bien venido para dar a conocer a su ONG de ayuda al Chad y al trabajo que realizan. 

 Jorge Muñoz recuerda que se metió en este mundo a raíz del contacto que mantuvo con una religiosa comboniana Magdalena Arribas, que lleva más de treinta años en el Chad. «Vino a mi consulta y me embaucó para participar en ese viaje». «Regresamos consternados –prosigue afirmando–, con un impacto emocional demasiado fuerte. A raíz de este viaje crearon la Fundación de Ayuda al Chad ahora trabajan. Sostiene que en este viaje se encontraron «con  muchísima mortalidad infantil y muchísimas patologías que en el mundo mal llamado desarrollado no vemos. Esto impacta. El resultado del fallo de cualquier pediatra, de cualquier médico es la muerte al final y para un pediatra la muerte de un niño es duro. Allí realmente perdemos a dos o tres niños al día en el hospital Saint Joseph, donde trabajamos, por la falta de medios, por la cultura, por el chamán...  Son familias que llegan tras muchas horas de camino y nos entregan al pequeño. Se mezcla la desnutrición con enfermedades complicadas como es la malaria, el sida que, cuando van de la mano, el resultado es nefasto». Todas estas experiencias las ha plasmado en el libro ‘El infierno más bonito que conozco’. «Aquí es donde nació nuestra historia de amor con el Chad», señalaba el médico-escritor.