Devoción por Chilla

M.M.G.
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Miles de personas se congregaron para mostrar su fervor a la patrona de Candeleda • El buen tiempo marcó la romería hacia la Piedra de las Apariciones, en unas fiestas pregonadas por el director de este diario, Pablo Serrano

Devoción por Chilla - Foto: Julio

HABLAR de Candeleda es hablar de pimentón, geranios en los balcones y brazos abiertos. Pero también, y sobre todo, es hablar de su patrona, la Virgen de Chilla, que este fin de semana ha congregado a miles de personas a su alrededor: vecinos del pueblo y de las localidades de la comarca que, como cada año en estos días dejan todo de lado para mostrar su devoción a esta preciosa imagen, en unas fiestas declaradas de Interés Turístico Nacional.

La romería del domingo se convirtió pues en una nueva muestra de fervor de la comarca, que comenzaba animada por los acordes del himno a la Virgen, interpretado por la Banda de Música de Candeleda, así como por la milonga compuesta e interpretada por Félix Martínez, ‘El Cano’, y en dirección hacia la Piedra de las Apariciones.

Jinetes, cabalgaduras y romeros recorrieron la distancia que separa el pueblo de la ermita para asistir a la eucaristía presidida por  el párroco de Candeleda, José Ignacio Blázquez, y concelebrada, entre otros, por Fernando Carrasco, presidente de Cáritas Ávila y natural de la localidad.

Al concluir la misa, en la que se escucharon las voces de la Coral Siliceo, de Toledo, y en la que como no podía ser de otra forma se exaltó la figura de la Virgen, el párroco tenía palabras de agradecimiento para todos aquellos que de una u otra forma contribuyen a que Candeleda sea un pueblo grande. Como Felipe Gómez, responsable de que la Cofradía de la Virgen de Chilla luzca desde ayer un nuevo estandarte que, por cierto, también fue bendecido; Cipriano Romero, el herrero que colaboró en la elaboración de una barandilla en el reacondicionado refugio; y los miembros de ésta y de las últimas corporaciones municipal, volcados todas ellos, precisamente, en la recuperación de estas instalaciones.

Una vez concluida la eucaristía, los devotos (entre los que se encontraban, entre otras autoridades, el alcalde de Candeleda, José María Monforte; el de Madrigal de la Vera, Urbano Plaza; el de Burgohondo, Juan José Carvajal, representando a la Diputación Provincial; o Ana Isabel Fernández, teniente de alcalde de Guisando, así como todos ellos el presidente de la Cofradía, Julián Guzmán, conocido como Julito) emprendieron el camino de regreso,  en un paseo marcado por los vítores que lanzaban los fieles, los flashes de sus cámaras de fotos y los nervios por descubrir quién devolvería a la Virgen a su posición habitual.

Porque en la de Chilla, como en tantas otras romerías de la provincia, portar los banzos de las andas en el momento de entrar a la iglesia es un honor y un privilegio por el que ayer cuatro personas pagaron entre 300 y 400 euros por cada banzo en la subasta.

Se vivieron entonces los momentos de más emoción de unas fiestas que ya habían tenido su aperitivo la noche del sábado, con el pregón del director de esta casa, Pablo Serrano.

El periodista, con «sangre candeledana» y enamorado confeso de esta tierra, recordaba en sus palabras su infancia por las calles de la localidad, alabando sus muchos encantos naturales y mostrando su devoción por la imagen de la Virgen de Chilla. «Lucid con gala que sois de Candeleda, porque de vuestro pueblo hay mucho que envidiar», elogiaba a todos los allí congregados, instantes antes de animarles a participar activamente en unas fiestas que tendrán su continuidad el próximo fin de semana con la celebración de las Fiestas de La Vela.