150 años de ferrocarril en Ávila

Juan Ruiz-Ayúcar
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El 4 de marzo de 1863 finalizaba la construcción de la línea que conectaba a Ávila con Valladolid, y meses después se convertiría en la primera ciudad castellana por la que atravesaría un tren desde Madrid al norte peninsular

La estructura de la nueva estación sobresale sobre la antigua, que se derribó al mismo tiempo en 1955. - Foto: Archivo J.L. Pajares

Finalizada la línea de ferrocarril en dirección a Sanchidrián el 4 de marzo de 1863, Ávila se conectaba con Valladolid y se convertía en la primera ciudad castellana por la que atravesaría ese mismo año un tren desde Madrid hacia el norte de la península. Para que esto ocurriese habría que esperar otros cuatro meses, que son los que faltaban para terminar el duro trazado de túneles, puentes y trincheras entre Ávila y El Escorial.

Nos encontramos pues a las puertas de cumplir 150 años desde que llegase a la estación de Ávila el primer ferrocarril, el inicio de las nuevas comunicaciones de la era moderna en nuestra capital y provincia. Finalizaba con ello una aspiración que comenzó una década antes, cuando se realizaron varios proyectos de ‘caminos de hierro’ que pretendían conectar Madrid con la frontera francesa. Finalmente, bajo el Gobierno de Espartero, aprobaron las Cortes españolas la ley General de los Ferrocarriles de 3 de junio de 1855, con una línea del norte dividida en tres tramos: Madrid a Valladolid por Avila y Medina del Campo; Valladolid a Burgos y Burgos a Francia por Miranda de Ebro, Vitoria, Alsasua, Tolosa, San Sebastián, Irún y Hendaya.

Enseguida, el Ayuntamiento de Ávila, presidido desde el inicio de 1856 por el alcalde Salvador Blasco, y estando presentes en la sesión celebrada el 5 de enero el alcalde segundo, Claudio González, y los concejales Vicente Zarza, Lucio Sánchez Albornoz, Antonio del Río, Antonio Arenales, Pablo Jiménez de Muñana y Fausto Aguado, se comenzó a trabajar en connivencia con diputados y senadores de la provincia para que el ferrocarril llegase a la ciudad de Ávila.

La primera estación de trenes de Ávila se levantó entre los años 1862 y 1863.La primera estación de trenes de Ávila se levantó entre los años 1862 y 1863. - Foto: Archivo J.L. Pajares Hasta esos tiempos, las representaciones municipales de la capital deberían trasladarse hasta Sanchidrián para cumplimentar a las notables personalidades del Gobierno y de la Corte que viajaban por carretera hacia el norte de España o regresaban. Así ocurrió en abril de dicho año, cuando el alcalde segundo Claudio González y el concejal Vicente Zarza se tuvieron que trasladar a la localidad morañega, distante 30 kilómetros, para recibir al duque de la Victoria, Baldomero Espartero, que iba   a Valladolid para inaugurar en dicha ciudad las obras del ferrocarril del norte que se realizarían en ambas direcciones.

Espartero. Buen  detalle tuvo el presidente del Consejo de Ministros en la recepción de Sanchidrián, al entregar a los regidores abulenses unas copa de cristal «para que tan fino regalo se custodiara como recuerdo en el Archivo del Ayuntamiento, junto con una certificación del particular de esta acta».

Más que un bello y brillante regalo, la copa parecía un símbolo de esperanza para los munícipes abulenses que luchaban a brazo partido por lograr la llegada del tren a la ciudad de las murallas, dado que al mes siguiente se recibió en el Ayuntamiento un informe del diputado en Cortes Vicente Hernández de la Rúa comunicando que se había tomado en consideración en la Asamblea el proyecto por él presentado junto a otros seis diputados de Castilla y León «relativo a que se permita desde luego a la sociedad francesa de Crédito Mobiliario emprender las obras de la línea del ferrocarril de Norte en esta primera sección (Ávila-Sanchidrián), mediante cierta subvención».

De nuevo del diputado Vicente Hernández remitió al Ayuntamiento dos cartas a finales de junio, firmadas asimismo por los representantes en Cortes José Antonio Miguel Romero y Juan Alonso, participando haber aprobado las Cortes el dictamen de la Comisión que aceptaba la proposición hecha por la Sociedad Crédito Mobiliario para la construcción de la primera y tercera fases de las línea del ferrocarril del Norte y el indicado proyecto impreso».

Ante la buena nueva, los concejales supieron por boca del alcalde Blasco que se iluminaría la fachada de las Casas Consistoriales, y ordenó que se repicara en la iglesia de San Juan, acordando que «fuese de abono la cantidad de cien reales de vellón dada a los músicos que tocaron la noche de ayer en el balcón de estas casas consitoriales y la de treinta reales de vellón en que se ajustó la gaitilla y que también tocaron por el día, y la de quince reales de vellón, importe de las velas de sebo para la música, todo sin perjuicio de que se oficiase a los señores diputados dándoles las gracias».

A pesar de las efectivas gestiones de los diputados abulenses a favor de la llegada del tren en feroz disputa con los representantes de Segovia, no iban tan deprisa los resultados prácticos como se desearía, y era fundamental conocer el lugar má adecuado para contruir la estación del ferrocarril de Ávila. A tal fin, tres ingenieron españoles llegaron el 27 de abril de 1858 a Ávila para, de regreso a Madrid, proponer al Gobierno el mejor punto para la construcción de la estación y precisaban conocer el parecer del Ayuntamiento abulense, para lo que fueron citados a las 6 de la tarde en el despacho del gobernador interino.

Posteriormente, el Consistorio envió un oficio al representante del Crédito Mobiliario indicando que la Municipalidad no tenía reparo en que la estación se fijara en la zona de los molinos de viento, al oriente de la ciudad, «con tal de no pagar nada por los terrenos, ni ceder cantidad alguna de agua, a menos que no ha lubiese en dicho punto previsto y que pudiese aumentar la suya la ciudad, en cuyo caso podría concederse alguna hora de la noche tal regalía».

Mientras tanto, el 4 de mayo de 1858 conoció el Ayuntamiento de Ávila un proyecto de ley por el que se concedía a la Diputacion de Navarra un ferrocarril que partiendo de esta ciudad enlazase con la frontera francesa por Musquetería, con los inmensos perjuicios que ello supondría para la línea del Norte. Y por si fuera poca la alarma, el 30 de junio siguiente se manifiestó el temor que suponía haberse paralizado las obras del ferrocarril entre Sanchidrián y Ávila. Pero el 14 de septiembre informó el gobernador civil sobre la interceptación de caminos, veredas y servidumbres en la construcción del ferrocarril en dicho tramo. El trabajo se ejecutaría desde la división de ferrocarriles de Valladolid.

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