SANTIAGO Abascal preside VOX y acaba de ser elegido candidato a la Presidencia del Gobierno para las Elecciones Generales.
¿Cuál es el objetivo para las Generales?
La aspiración es poner un pie en el Congreso de los Diputados. Creemos que es esencial sobre todo para dar una esperanza a una España huérfana ideológicamente, a mucha gente que piensa como nosotros y que hoy no tiene a quien votar o vota tapándose la nariz a otras opciones. Nuestro reto es convencer a una parte de los españoles para poder contribuir a defender las causas esenciales, a defender la unidad nacional, a pedir que se restaure el imperio de ley y el Estado de Derecho y a que España pueda volver a ser un país próspero y cuente en el ámbito internacional.
¿Cuál es su apuesta?
Hay elementos que han dejado de defenderse que tienen que ver con respuestas a la crisis económica, que no pase por el expolio fiscal y la destrucción de las clases medias; a la crisis moral, que pase por defender los derechos individuales, empezando por el de la vida; a la crisis de unidad nacional, que pase por defender nuestra Constitución y por superar de manera paulatina el Estado de las Autonomías; y una respuesta a la crisis institucional que pase por fortalecer nuestra democracia. No hay nadie desde nuestro campo ideológico que lo esté haciendo, estamos solos. Los partidos están en la izquierda o en el centro, la derecha ha sido absolutamente abandonada.
¿Hay hueco para VOX?
Sin duda. Lo sentimos en la calle, en campaña hemos notado la simpatía de muchas personas que aún no nos votan y la antipatía hacia el PP de personas que aún le votan, pero únicamente con esa idea de la utilidad del voto y el miedo. Nos dicen que no quieren que venga el de la coleta y equivocadamente votan a Rajoy, pero si Rajoy es el padre del de la coleta. Podemos es hijo de la corrupción y la destrucción de las clases medias, no nace de la nada. Nace de la rabia y la desesperación y todo eso ha sido abonado por la España de Zapatero, Rajoy y Artur Mas. Creemos que sí hay un hueco para los que quieren un antídoto ante las políticas extremistas y no tienen que verse obligado a elegir entre el populismo o la corrupción institucionalizada.
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