Regresa a tierras chamartinas la magia de Lugnasad

Vicente García
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Ese año se aportan novedades como interpretación estelar en el castro, y se recupera la música folk de la noche del sábado

EL cielo nocturno, las estrellas y, sobre todo la luna llena, siempre han influido sobre el ser humano y las cosechas. Nuestros antepasados, los vettones celebraban durante el mes de agosto una fiesta de agradecimiento: Lugnasad. 
Desde hace ya una década, Chamartín ha recuperado esta costumbre ancestral, cuyo éxito aumenta año tras año. Un amplio abanico de actividades de todo tipo, en las que se fusionan hábilmente la fiesta, la tradición, la música, la artesanía y la gastronomía.
El pueblo bulle de gente y sus calles se llenan de vida; pero para que todo esto resulte, son  muchas las personas que trabajan desde meses antes. Organizada por el Ayuntamiento, y patrocinada por la Diputación Provincial, tanto la Asociación Cultural Atalaya, la de Jubilados, y casi todo el pueblo, colaboran en los preparativos, a los que se suman algunas empresas relacionadas de algún modo con Chamartín.
El sábado 8 comenzará la fiesta con aspectos más bien culturales y etnográficos, tras la inauguración de los puestos de la Asociación de Artesanos, en la plaza del pueblo, se bajará al Castro de la Mesa de Miranda (disponibles autobuses gratuitos) para realizar una visita arqueológica guiada y con representaciones de guerreros vettones en pleno castro. Al anochecer el bullicio se convertirá en misterio y magia y se ofrecerá entre los muros centenarios una orientación estelar y la influencia de los astros sobre estos guerreros del pasado. A partir de las 12 se regresará al pueblo a degustar la queimada al estilo vettón y dulces artesanos para ver después la actuación del grupo de música folk Trebejo.
El domingo, a mediodía se inaugura oficialmente el mercado artesano y gastronómico y podremos saborear por las calles de Chamartín diversas viandas y adquirir material “made in vettonia”. En esta ocasión la fiesta estará amenizada por dos grupos de pasacalles: Taranis y Yambelé. Durante todo el día, tiro con arco, para probar puntería, y visita guiada en el Centro de Interpretación del Castro, en Chamartín, donde podremos aprender mucho sobre estos guerreros del pasado, su  historia, su forma de vida, sus tradiciones...
Y entre tanta cultura e historia, no hay que olvidar la gran comida vettona, que sobre las 15,00 tiene lugar en la plaza del pueblo.
Precios populares y viandas sabrosas a la que se apuntan cientos de personas en un día en el que la población se ve multiplicada de forma exponencial.
Cuentacuentos para los más pequeños, espectáculos de humor, talleres de música y carrera ecuestre de cintas en las eras del pueblo con un posterior pasacalles final, completan dos días intensos en los que los habitantes del pueblo y los visitantes tanto habituales como ocasionales disfrutan de una recuperada fiesta que ya se ha convertido en tradición.
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NATURALEZA.- La riqueza ecológica de la sierra de Ávila, y especialmente en las tierras chamartinas es muy destacable. Su ubicación sobre un bloque de transición natural entre el punto más alto de la sierra abulense, el cerro de Gorría  y la tierra llana morañega, forma pequeñas zonas microclimáticas y espacios ecológicos interesantes  para la supervivencia de especies tanto de animales como de plantas. Entre los encinares aún puede escucharse, durante la noche, la profunda llamada del búho real, en peligro de extinción, y entre el bosque podremos encontrar las encinas más grandes de la provincia, algunos melojos dispersos y vegetales escasos y curiosos como el rusco, o multitud de aromáticas como cantuesos y tomillos. En primavera los piornos se tiñen de amarillo ofreciendo un impacto impresionante de color.