A.S.G. / Ávila
Arévalo se hace del Real Valladolid. Motivos tienen para hacerlo, porque en la última semana el fútbol morañego se ha convertido en parte de la ‘cantera’ del club de Primera División. Si el Bosco de Arévalo rubricaba el acuerdo de colaboración con el club del José Zorrilla, el mismo camino andaba el Arévalo Club de Fútbol, que junto a Carlos Suárez, presidente del Real Valladolid, estampaba su firma en un acuerdo de colaboración que «nos permitirá crecer en la faceta social y deportiva», señalan desde el club.Una nueva firma que reafirma la apuesta decidida del conjunto pucelano por el fútbol de base y de cantera de la comunidad. Porque en los últimos tiempos el club pucelano se ha convertido en referencia de aquellos pequeños clubes y equipos de la comunidad que encuentran en este tipo de acuerdos la posibilidad de añadir y ofrecer una «oportunidad y salida» a posibles promesas de este deporte que de lo contrario tendrían un camino demasiado corto en sus actuales equipos. «Tener algo más allá por encima de ellos, un referente, siempre es un aliciente». No le sentido ni razón a la valoración que hacen desde el club morañego, que se suma a la que se está convirtiendo en la gran familia del Real Valladolid en la comunidad de Castilla y León.
Como en el caso del Bosco de Arévalo, el acuerdo de colaboración firmado entre el Arévalo Club de Fútbol y el Real Valladolid otorga al conjunto pucelano la preferencia sobre aquellos jugadores de la cantera en los que pudieran estar interesados «siempre previo consentimiento de los propios jugadores y familiares». De este modo, el Real Valladolid podría invitar a las pruebas del club a un máximo de dos jugadores por equipo y categoría por temporada. «Se trata de ofrecer una puerta de salida para nuestros jugadores, que ahora tendrán una motivación extra para esforzarse» señalan desde un club que en estos momentos dispone de cinco equipo y 90 jugadores federados.
Gana el Real Valladolid con este tipo de acuerdos, teniendo bajo su punto de mira a posibles promesas del fútbol castellano y leonés, y ganan los pequeños clubes no sólo en referentes superiores, sino en fórmulas que incluyen la posibilidad de participar en jornadas para delegados, entrenadores o directivos.