«Trabajaré para que la Fundación sea un faro en la vida cultural y social de la ciudad»

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Entrevista a Dolores Ruiz-Ayúcar, presidenta de la Fundación Caja de Ávila

DOLORES Ruiz-Ayúcar afronta con ilusión su etapa al frente de la Fundación Caja de Ávila. A punto de jubilarse como jefa de los Servicios Sociales de la Diputación, y tras haber ocupado puestos de responsabilidad política como concejala, alcaldesa y procuradora, quiere trasladar su experiencia profesional a una Fundación que tiene mucho decir, asegura, en la vida cultural y social de Ávila.

¿Cómo ha afrontado su elección como presidenta de la Fundación Caja de Ávila?
No me lo esperaba, ya comenté que ni siquiera estaba en la Ejecutiva y cuando me llamó el presidente y me preguntó le dije que no, pero porque no lo había ni pensado. Estoy al borde de jubilarme en la Diputación y pensaba hacer de mi vida otra cosa muy distinta. Pero la verdad es que cuando le di una vuelta al tema vi que me hace muchísima ilusión, me apetece mucho, creo que es un trabajo precioso y donde se puede hacer una labor muy bonita por muchos abulenses. Al fin y al cabo es lo que llevo haciendo desde hace mucho tiempo, trabajar por mis vecinos. En este área y este ámbito estoy muy contenta.

¿Qué le ha llevado a seguir en un puesto de responsabilidad?
Seguir trabajando por los demás. Ya mi carrera es de trabajo para los demás. Primero hice Magisterio pero no me parecía que tenía mucha vocación ni paciencia para ser maestra y fue cuando estudié Trabajo Social, donde de lo que se trata es de buscar el bienestar de una manera profesional. Cuando decidí meterme en política y en el partido fue también por lo mismo, pensando en que lo que me apetecía era dar un paso adelante en eso que decimos muchos de que ‘habría que hacer esto’. Y me dije bueno, voy a ver si es verdad que habría que hacerlo y si desde dentro es tan fácil. Todo vino rodado, enseguida fui concejala, que llevé además los servicios sociales, y luego siendo alcaldesa qué más servicio hay para los ciudadanos. Para mí fue lo más bonito que he hecho nunca.

¿Qué supone esta nueva etapa dentro de su amplia trayectoria?
Esta etapa es muy ilusionante. Dejo la Diputación, un trabajo muy dirigido por la política de la Administración y donde sabes en todo lo momento lo que tienes que hacer, y ahora voy a hacer un trabajo muy distinto, cultural pero que es social también. Creo que va a ser mucho más gratificante en el sentido de que no estás trabajando con gente a la que estás sacándole de sus apuros y problemas, algo que también es bonito, pero esta otra faceta se centra más en el ocio y el enriquecimiento personal. La gente viene aquí a relajarse, a hacer una cosa que le gusta, a pintar o escuchar una conferencia y todo el mundo es feliz haciendo estas actividades. Y luego también está la otra vertiente, la ayuda a las asociaciones. Estoy encantada, creo que es un trabajo para estar feliz. Y yo, que ya dejo mi vida laboral y me meto en esto, lo que quiero es acabar mi vida activa de una manera bonita y feliz.

 

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