Bankia logró en los tres primeros meses del año un beneficio de 237 millones de euros, lo que supuso un descenso del 3,3% respecto al mismo período del año pasado. No obstante, según explicaron ayer los responsables de la entidad, si se descuenta de los resultados de 2015 la operación de venta de City National Bank of Florida (CNB) en Miami, la ganancia obtenida sería un 2,1% superior.
Así, el consejero delegado, José Sevilla, valoró los resultados conseguidos en un entorno «complicado» con los tipos de interés muy bajos que lastraron la cuenta de resultados. En todo caso, según sostuvo, el banco pudo compensar la caída de ingresos derivada de esos factores con la contención de los costes, que se redujeron un 1,2%, y las menores provisiones, que descendieron el 41%. «El nivel de eficiencia de la entidad es muy elevado y la caída de la morosidad nos permite hacer menos provisiones, lo que se traduce en que el beneficio y la rentabilidad se mantienen estables en la sociedad», explicó al respecto.
En este contexto, Sevilla destacó el desplome de la morosidad en 431 millones, lo que dejó la tasa en el 10,5%. Asimismo, en el primer trimestre aumentó el 2,3% el saldo de crédito a las empresas y las familias respecto a hace un año.
Además, desde el punto de vista comercial, el número dos señaló que «el nuevo posicionamiento con clientes está dando notables resultados», de manera que, por ejemplo, se han captado 19.000 nóminas en dos meses y se ha multiplicado por tres la contratación de tarjetas de crédito. No obstante, el banco reconoció que la política de «cero comisiones» supuso una merma del 13% en los ingresos por este concepto.
En otro orden, el consejero delegado admitió una «cierta demora» en el plan de privatización de Bankia debido a la «incertidumbre política». En este escenario, consideró que hay tiempo suficiente para cumplir el plazo establecido por ley, que finaliza el 31 de diciembre de 2017».
En cualquier caso, Sevilla quiso dejar claro que la incertidumbre política por la que atraviesa España no afecta por ahora a la economía del país que «funciona a buen ritmo» y arroja cifras «favorables». Así, aseveró que no ve estancamiento, aunque reconoció que «otra cosa es lo que puede pasar en los próximos meses» ya que estimó como «muy importante» que se siga creando empleo.
Respecto a las comisiones a clientes, insistió en que Bankia es partidaria de no cobrarlas en aquellos servicios que «no aportan valor» como puede ser la administración de una cuenta o los apuntes bancarios. A juicio de Sevilla, el cobro de primas es una «mala estrategia».
Así, añadió, su política sobre el uso de cajeros se enmarca dentro de esa misma convicción. Es por ello, que el banco llegó a acuerdos con otras entidades «para ofrecer la red de cajeros más amplia» de España. La maniobra, añadió, «tuvo un efecto positivo», de tal modo que «creció de forma significativa» la retirada de fondos tanto de clientes como de los que no lo son.
PERSONAL. En esta línea, el consejero delegado descartó que vaya a haber un recorte de plantilla a pesar de que las operaciones realizadas fuera de la oficina suponen ya el 89% del total y que la entidad se plantee un nuevo recorte después de recibir las ayudas públicas, por lo que desvinculó de una estrategia en este sentido como método para ganar en eficiencia.
Sevilla concretó que el 89% de las operaciones se realizan fuera de la oficinas, de tal manera que el 45% de los créditos concedidos se tramitan ya por internet, mientras que la venta de depósitos online creció el 21% en los últimos 12 meses y la contratación de planes de pensiones, a través de la red, aumentó también el 24%.
Respecto a la salida a bolsa, Sevilla espera que sea «página pasada» en la próxima presentación de resultados dentro de tres meses. Así confirmó que Bankia va a devolver su dinero a unos 200.000 accionistas que participaron en aquel proceso. De ellos, 115.000 han tramitado ya la devolución a través de la red de oficinas y 85.000 mediante procesos judiciales.