Los cuatro embajadores cierra los actos de celebración de medio siglo

Ana Agustín
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Este viernes se desarrolló la gala en la que se hacía entrega del nombramiento a Carlos Sastre, Pilar Rodríguez, Gonzalo González de Vega y Mari Ángeles Ortega

La Casa Grande de Martiherrero se trasladó en pleno este viernes hasta el Teatro de la Fundación Caja de Ávila donde se celebraba la gala de clausura de los actos conmemorativos de la celebración del 50 aniversario de esta entidad.

El acto, además de contar con la actuación de los chicos del Coro de la Casa Grande y de diferentes discursos, entre los que destacó el de la gerente de esta institución, Pura Alarcón, fue el contexto idóneo para arropar la entrega de los nombramientos de ‘Embajador’ de la Casa Grande, una iniciativa que se renovará cada año a partir de este momento y que en esta primera edición recayó en el ex ciclista Carlos Sastre, la directora de teatro Pilar Rodríguez, el periodista y presidente de Cruz Roja, Gonzalo González de Vega, y la psiquiatra Mari Ángeles Ortega (en esta calidad era su nombramiento aunque también es la subdelegada del Gobierno en Ávila). Bien es verdad que la gala, presentada por la compañera de la 8 Ávila, Patricia Carrera, acompañada de un residente de la Casa Grande, Pedro Sáez; comenzó con unos minutos de retraso pero con mucha emoción contenida en las caras de todos los que llenaban el patio de butacas, entre quienes se encontraban autoridades como el obispo de Ávila, Jesús García Burillo; el presidente de la Diputación, Jesús Manuel Sánchez Cabrera; oel director de Relaciones Institucionales de Bankia, José Manuel Espinosa. Junto a ellos, representantes de diferentes asociaciones benéficas, el director general de la Casa Grande, José Luis Retana; su gerente, Pura Alarcón y todos los usuarios de esta casa, colmaban el aforo de una sala llena de sonrisas. Pura Alarcón habló de la intensa actividad que se ha desarrollado a lo largo de este año 2015 y que culminaba con este día en el que «la Casa Grande de Martiherrero, que es más que un espacio físico, es un hogar, demuestra que está formada por 130 chicos atendidos por 100 profesionales que son el pilar básico» para que estos usuarios tengan una proyección en el futuro y un presente con calidad de vida. Todo ello, añadió Pura Alarcón, «con los valores intrínsecos de esta casa, que son la igualdad, la solidaridad, el compromiso, el diálogo, el respeto, la libertad... que hacen que allí se viva en un ambiente especial».

Reconoció Pura que sin la empatía y el diálogo sería muy difícil desempeñar esta tarea. Y quedó bien claro también en el balance que la gerente de la Casa Grande hizo de este intenso periodo que se cierra. «La sociedad abulense ha pasado la puerta y una vez que nos ha conocido se ha quedado». Afirmó que se han comenzado a cumplir sueños como fue el encuentro con el Papa Francisco, algo que también reconoció José Luis Retana, acto que calificó de principal en este aniversario. «Para el futuro seguiremos construyendo autopistas para que los chicos formen parte de la plena inclusión aunque no a cualquier precio», concluyó Pura Alarcón.

Por su parte, los cuatro embajadores  de la Casa Grande este año coincidieron en sentirse muy honrados por haber sido elegidos para ostentar este cargo y manifestaron que, aunque ya lo hacen, seguirán estando muy implicados con el trabajo que allí se hace.