La Cebrereña cosecha un empate muy amargo

A.S.G.
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Raúl hacía el empate en la última jugada de un partido donde los culturalistas se adelantaron en la primera mitad, por mediación de Mario, pero en el que no fueron capaces de cerrar el marcador pese a tener suficientes ocasiones para hacerlo

Cebrereña, 1

 

Mirandés B, 1

Juan

Super

Juanma

Javi

Ruba

Piru

Jota

Mario

(Javi Prieto, 86’)

Mario Juez

(Juankar, 76’)

Vicente

David Terleira

(Juli, 89’)

  Sergio

Asier

Carri

Dani

Fer

Andrés

Álex

(Álvaro, 68’)

Raúl

Blas

Javi

(Unai, 56’)

Eric

Goles

1-0 (minuto 37) MarioJuez, 1-1 (minuto 93) Raúl

Árbitro

Calvo Antolin.Mostró cartulinas amarillas a los locales Vicente y Juankar; y a los visitantes Andrés y Carri.

Incidencias

Encuentro correspondiente a la jornada 14, disputado en El Mancho Ángel Sastre.

 

Tarde fría, como el ánimo, que se quedó congelado en el 93’ con el gol de Raúl, que echaba por tierra el trabajo de la Cultural Deportiva Cebrereña en una tarde en la que tuvo motivos sobrados para haber festejado más de un tanto ante un Mirandés B que respiró tranquilo cuando hacía el empate sobre la bocina. Sonreía el equipo de Jesús Antonio Casado, que segundos antes había salvado los muebles cuando Juli encaró a Sergio para hacer la sentencia. Esta vez la ‘pistola’ se encasquilló y ‘El Pistolero’ no supo acertar ante la salida del portero en un final de partido en el que se pasó del 2-0 al 1-1. Se llevaba un punto el Mirandés B, perdía dos la Cebrereña. Si ante La Virgen delCamino no hubiera sido raro un final como éste, ante el Mirandés B lo fue, aunque quien perdona lo paga. Y el equipo de Pepe García lo pagó.  

Comenzó el duelo con mucho respeto entre dos equipos que tenían la misma necesidad, ganar, o en el peor de los casos, no perder. Muchas precauciones en dos conjuntos a los que les costaba encontrar el camino a los dominios de Juan y Sergio, que celebraría que Jesús Antonio Casado colocara un guardaespaldas a David Terleira. Avisados de la calidad del ‘9’ local, Dani, y en su defecto Fer, se convirtió en la sombra del delantero. Pasados los primeros minutos de partido el juego aún no había hecho acto de presencia. Contagiados por su rival, los cebrereños empezaron abusando del juego directo. Con Piru, Jota y Mario Hidalgo sobre el campo es desaprovechar recursos. Y dar ventaja al rival.

Pedía algo más de intensidad a los suyos Pepe García. Había demasiado en juego como para no salir con el cuchillo entre los dientes. Pero llegada la media hora de juego no se había visto ni el cuchillo ni los dientes. Faltaba alma en el partido, toda la que le puso Raúl en un duro remate –minuto 32– desde fuera del área en el que enganchaba con todas sus fuerzas con el empeine un balón rechazado tras un saque de falta. El disparo era de gol, pero Juan se estiró junto al palo para mandarla a córner.

Le faltaba continuidad a la Cebrereña, le faltaba mando y dominio, pero el que nunca falta es Terleira, que supo leer lo que necesitaba la situación. El ‘9’ no buscó el gol, se alejó, lo suficiente como para abrirle pasillo a MarioJuez. Sacado  de sitio Fer, el delantero filtró el pase al extremo, que le ganó el hueco a Dani y la partida a Sergio, ya vendido en la salida. Hacía Mario el 1-0 en el minuto 37. Poco o nada se había visto hasta el momento, pero como ante La Virgen del Camino la efectividad –al menos de inicio– volvía a estar entre las virtudes de los locales, que quisieron aprovechar el bajón que el gol supuso en el filial burgalés. David y después Piru, pasado ya el 40’, probaron suerte desde fuera del área. El Mirandés B estaba tocado y el segundo pudo llegar. Primero fue Piru, en una gran jugada, el que le regaló a Terleira el gol, que no supo materializar, algo raro en él. A la siguiente Ruba pondría desde la banda el balón en boca de gol. Ni llegó Terleira ni Vicente, pero tampoco la defensa visitante, que la dejó suelta en la frontal y Mario Juez lanzaba el disparo, que se marchaba lamiendo el palo ante la mirada de propios y extraños.

Acabó la primera mitad rozando el segundo, y la segunda arrancó de forma similar. Sergio se encontraba el balón en medio del tumulto cuando Mario Hidalgo remataba con fuerza tras cazar el balón en el área. Precisamente no pudo cazarla Terleira –minuto 50– cuando el cuero se filtraba paralelo a la línea de gol. Empezaba a acumular ocasiones la Cebrereña, que desde el 1-0 había cambiado su actitud. El trabajo de Jota, Mario Juez y Piru en la recuperación dejaba a las claras que, bajo presión, el Mirandés B pasaba por serios problemas. Los burgaleses, ya con prisas, buscaban en su portero a su asistente de gol. La Cebrereña acumulaba oportunidades sin éxito. Una veces fue por falta de puntería, en otras porque Asier sacó la mano a pasear para cortar un autopase de Piru cuando el culturalista arrancaba con fuerza y sin oposición camino de la portería rival. El error lo quiso compensar el árbitro con una amarilla a Andrés en una jugada insulsa, pero el valor no era el mismo.

Con cuarto de hora por delante la Cebrereña no había conseguido cerrar el duelo. O lo que es lo mismo, el peligro del empate seguía presente ante un Mirandés B que seguía confiando en que un balón largo o una contra les abriera el camino del gol. No tenían grandes ocasiones, pero la sensación en cada una de sus salidas en tromba hacían pensar lo peor.

Juankar –minuto 76– saltaba al campo por Mario Juez para reforzar un centro del campo que necesitaba oxígeno. Se le empezaba a hacer largo el partido a los locales, que reclamaron algo más que falta cuando Dani cogía el balón con las manos en el área de la Cebrereña en el saque de una falta. Tan extraña fue la acción que el colegiado optó por no sancionarla. Al fin y al cabo el más perjudicado por la acción –el central consideró que la jugada estaba anulada y no remató a puerta– fue él.

El partido estaba abierto, el marcador también. Y cuando el descontrol manda, el final no puede ser peor. Perdonó la Cebrereña y lo acabó por pagar. Sobre el pitido final llegaba el empate. Juli la tuvo ante Sergio pero el portero le sacó el balón. Quedaba una y la aprovechó Raúl. Filtró el pase Blas y Raúl encaró a Juan para cruzar el cuero al palo contrario haciendo el 1-1. Un empate, un punto, y la sensación de haber perdido dos puntos claves.