La tarde del sábado 20 de julio, la Infanta Elena, esta vez acompañada por sus dos hijos y por unos amigos, realizó un viaje privado a la capital de la Moraña para visitar la exposición ‘Credo’ de Las Edades del Hombre.
En todo momento y como suele ser habitual en su trato se mostró muy cercana a la gente que la reconocía por las calles de Arévalo. Al salir de la primera sede, Santa María la Mayor y como Cronista Oficial de Arévalo, he tenido oportunidad de saludarla, recordar con ella esta misma plaza de la Villa el día de la inauguración de Credo -hace hoy justo dos mes pues abrió sus puertas el 21 de mayo pasado-, abarrotada de público que la recibió con muchas muestras de cariño. Cariño que ella misma no dudó en devolverles ayer.
La Infanta ha querido repetir la experiencia de la visita inaugural que la causó tan grata opinión, aunque claro está que en esta ocasión en un recorrido más tranquilo y relajado, acompañada además en todo momento por una de las guías oficiales de la Fundación Las Edades.
En la inauguración calificó la muestra de «preciosa, muy bonita» y prometió volver. Dicho y hecho, ha cumplido su palabra.