El Real Ávila se gana unas vacaciones tranquilas

A.S.G.
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Esta vez sí. El Real Ávila ofreció una buena imagen y goleó al Tordesillas en un encuentro en el que fueron los auténticos dominadores del juego y el marcador • Cuartos a la espera del partido del Estructuras Tino

Celebración del primer gol del Real Ávila. - Foto: Antonio Bartolomé

Real Ávila, 4

 

Tordesillas, 2

Pindado

Llorián

Rui

Cabrera

(Javi, 45’)

Josito

Trujillo

Cabrera

Cueto

(Villa, 60’)

Vicente

(Quiros, 74’)

Piru

Pito

  Farolo

Rafa

Ruiz

Carmelo

(Oscar, 71’)

Chencho

Alvarito

Tato

Héctor

Hamat

Chino

Saúl

(Sergio, 85’)

Goles

1-0 (minuto 3) Pito; 2-0 (minuto 25) Cabezudo; 2-1 (minuto 27) Héctor de penalti; 3-1 (minuto 57) Pito; 4-1 (minuto 76) Yeray en propia puerta; 4-2 (minuto 79) Saúl

Árbitro

González Fernández. Mostró cartulinas amarillas a Cabrera, Cueto, Josito, Trujillo y Quirós; y al visitante Carmelo.

Incidencias

Encuentro correspondiente a la jornada 18ª de la Tercera División grupo VIII, disputado en el Adolfo Suárez ante 300 aficionados.

El Real Ávila se había pedido a sí mismo un triunfo para marcharse de vacaciones tranquilo, sosegado. Lo contrario hubiera sido una temeridad. Lo hizo y cabe reconocer que, por momentos, ofreciendo una gran imagen, algo que ya iba mereciendo el aficionado encarnado, cuya paciencia es limitada. Es lo que tiene el amor a los colores de un equipo, amores que llevan a aplaudir y reconocer cuando se han hecho méritos para ello o a pedir más a los suyos cuando las victorias no llegan o quedan rácanas para el potencial que se persupone.  Decir que el Real Ávila salió enchufado quedaría corto. Si el duelo ante el Bembibre sacó las vergüenzas de los encarnados a relucir, el duelo ante el Tordesillas fue todo lo contrario. El conjunto del Adolfo Suárez salió dispuesto no sólo a ganar, sino a convencer, lo que a estas alturas no es una cuestión baladí. La imagen del equipo había quedado demasiado dañada tras el duelo ante los leoneses y el Tordesillas fue la víctima elegida. El equipo vallisoletano pareció sorprendido. El Ávila salió con una fuerza hasta la fecha poco conocida, lo que deja en evidencia que cuando quieren, pueden. Ayudó Pito y colaboró Piru, al que pareció darle fuerzas y brío la capitanía. Porque en la primera media hora el abulense estuvo presente en todas las zonas del juego. Con las espaldas cubiertas por Trujillo y Cabrera la comodidad era mayor.  Tan fulgurante fue el inicio que a los tres minutos Pito ya festejaba el primero. Un tremendo despiste defensivo de los vallisoletanos permitía al almeriense, que recogía un pase de Cabezudo, batir por primera vez a Farolo, que bien pudo marcharse orgulloso en el camino de vuelta a su casa. Pocos minutos después sacaba un tremendo cabezazo a Cueto, que no podía entender que su testarazo no hubiera subido al marcador.

Pese a algún despiste defensivo –Chino se topó con los pies de Rui cuando remataba un balón en el pico del área pequeña– el Ávila dominaba el cuero y las ocasiones. Demasiadas libertades concedía el Tordesillas y eso, en el Adolfo Suárez, se paga. Tanto fue el cántaro a la fuente que en el 25’ el Ávila lograría el 2-0. Cabezudo lo firmó, pero Pito le regaló la pluma para estampar la rúbrica. Josito sirvió un balón al área y el almeriense se inventaba un pase cuando sus huesos topaban con el suelo. Lo normal hubiera sido que el esférico se perdiera por línea de fondo, pero con el ‘9’ la pelea está asegurada. Coló el balón en paralelo a la línea de gol y en el segundo palo Cabezudo remataba al fondo de la red. Era el segundo, y como ya hiciera Pito, Cabezudo correría a celebrarlo  en un fundido abrazo con Borja Jiménez, como si fuera necesario reafirmar una ‘comunión’ con el técnico que se presupone en todo vestuario. El público, que parece haber pasado a un segundo plano en esto de las alegrías y los goles, lo desaprobó.Respondió con silbidos y protestas. Un gesto que viene a añadir tensión de forma innecesaria y que bien haría el técnico encarnado en apartarse de ello, por mucho que los califique de «factores externos». La ‘piña’ no sólo debe ser con el equipo, sino con la afición.

Metería un poco de emoción el Tordesillas cuando en un penalti más que discutido Héctor batía sin problemas a Pindado. Era el 2-1, un aliciente para aquellos que pudieran pensar que todo estaba hecho. No cometió el error. El equipo de Borja Jiménez siguió presionando. Farolo salvó el tercero cuando Pito se revolvió en la frontal del área para lanzar un zurdazo que el portero visitante desviaba a córner con una gran estirada.

Si los goles y la actitud de los locales fue de las mejores noticias en la primera mitad, la salida de Javi en el inicio de la segunda no debe pasarse por alto. El abulense volvía a un partido oficial por primera vez desde que terminara la anterior temporada. Después de una lesión de rodilla por fín ve el final del túnel. Lo ve más claro Javi y lo vio más claro el Ávila cuando Pito hacía el tercero. Llorián corrió la banda y le puso un centro de calidad. Calidad en el centro y calidad en el remate. El ‘9’ encarnado engatillaba una volea que dejaba a Farolo haciendo la estatua. Impedir el 3-1 era imposible. Quiso despertar la intriga Hamat cuando en el 68’ se sacaba un disparo espectacular a la media vuelta pero el larguero rechazó su volea. No acercó distancias el Tordesillas y las amplió el Ávila. Después de una jugada al ‘tuya y mía’ que acabó en nada, Yeray echaba una mano a los encarnados cuando remataba en propia puerta en el 76’ haciendo el 4-1. Fue un alivio, pensando que apenas tres minutos después Saúl conseguía el 4-2 en un gran cabezazo con el que preguntarse si el equipo de José Luis Fernández tendría tiempo suficiente como para poner en cuestión el marcador. No lo tuvo. Ni tiempo ni juego. El Ávila se fue de vacaciones  en paz y tranquilidad.