«Mi consejo para esta sociedad es no implicarnos demasiado en la estupidez humana»

Ana Agustín
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Germán Sánchez Espeso es un escritor (Premio Nadal) participante en el proyecto 'CREA' de Cruz Roja del próximo jueves

Se trata de un nuevo encuentro de los que nutren la iniciativa CREA, que cada último jueves de mes, en torno a las 19 horas, promueve Cruz Roja Española en Ávila con el apoyo de Diario de Ávila, el Casino Abulense y el Hotel Restaurante Puerta del Alcázar y que se desarrolla en el Casino con entrada gratuita. El objeto de este proyecto es el de ofrecer a la sociedad abulense una serie de conferencias, charlas y espacios de sensibilización y difusión sobre diversas temáticas y en ese marco es donde se sitúa la presencia del premio Nadal (1978) Germán Sánchez Espeso, que presentará su último libro La Rana en el Nenúfar y que estará acompañado por José María Muñoz Quirós. Este escritor, profesor de Literatura y director de cine publicitario licenciado en Filosofía ofrecerá su visión del mundo a través de la presentación de esta obra, parte de cuyos beneficios por los derechos de autor ha donado a Cruz Roja.

¿Qué supuso para usted haber ganado el premio Nadal?

El premio Nadal es el premio literario seguramente más importante de España, no en cuanto a dotación económica pero sí en prestigio. Para mi significó mucho.

Con una larga trayectoria literaria, con trece novelas y dos libros de relatos, ahora se aventura con una obra formada por pequeñas piezas poéticas, en un formato distinto. ¿Por qué?.

La rana en el nenúfar se componen de cuatro libros: por la mañana, a mediodía, por la tarde y por la noche. La obra nace de una forma mía de ver la vida. Surgió la idea de hacer la obra de una conversación con amigos. Yo les dije que veía la vida como una rana instalada en un nenúfar y que observaba  el espectáculo que me ofrece la humanidad bajo todo punto de vista. Me dijeron que por qué no lo escribía y ...esa idea cayó en mi cabeza.

¿Cómo construye la obra y qué contiene formalmente y en el sentido profundo?

Empecé a escribir todo lo que veía la rana desde todos los prismas. Habla de religión, de sociología, de política, de sexo ...hasta de perversiones. Es una obra compuesta por versitos pequeños pero muy sonoros, que son las redondillas, que tienen un ritmo muy agradable. Trabajando en mi casa descubrí que los mirlos que acudían al jardincito al que da mi ventana cantan con esta tonadilla. La obra está compuesta por, alrededor de, 2.500 redondillas.

Háblenos del contenido, de lo que piensa y cuenta su protagonista, la rana.

Hablo de todo, bueno, habla la rana y es una forma de quitarme el ‘muerto’ de encima, porque a veces dice cosas tremendas (-sonríe-). Es un libro divertido pero lleno de una filosofía de la vida que  es bastante aprovechable porque se trata de ver el mundo un poco desde lejos para no estar todo el día enfadado.

Así que, se trata de un libro de pensamiento, de reflexión...

Posiblemente, sí, casi de autoayuda. Se trata de un libro para adultos, desde luego, para adultos formados. Aparecen fábulas de mi invención, mis cuentos favoritos y también moralejas que son, a veces, un poco duras.

Es usted un hombre con sentido del humor, me parece.

Para mi es fundamental la diversión en la lectura y en la vida. La diversión no es solamente decir chistes. Es también proponer cosas especiales, llegar a la persona y al lector por otros caminos... La ironía también está patente en esta obra; a veces se trata de una ironía sangrante y pone al descubierto muchos absurdos de la vida.

¿Nos da un último consejo con el que mirar el mundo, por favor?.

Bueno, este libro está escrito para nuestra sociedad, que se ha asentado en una forma de vida y en una política llamada democracia que es muy complicada. Se trata de una sociedad en la que hay muchas ambiciones, una gran competitividad. Estamos implicados en muchas cosas así que, yo, como consejo para esta sociedad, diría: Cuidado, no te impliques demasiado en la estupidez humana. No debemos hacernos partícipes de esa zona que no hace más que desgastarnos y amargarnos.