En la intimidad de su hogar en Madrid, sentado en el sillón favorito de su salón. Así encontró ayer la muerte, por causas naturales, el actor Ángel de Andrés López, popular gracias a su eterno papel de albañil chapuzas en las series televisivas Manos a la obra y su secuela Manolo y Benito Corporeision. Tenía 64 años y fue su propio hijo el que descubrió el cuerpo sin vida en su casa, tal y como relató su amigo y compañero en la pequeña pantalla, Carlos Iglesias.
La Unión de Actores informó a los medios de que el cuerpo del intérprete será incinerado en el tanatorio de la localidad madrileña de Galapagar, donde se instaló su capilla ardiente, que estará abierta hasta las 14,30 horas de hoy.
Asimismo, esa organización comunicó la muerte del actor en su cuenta de Twitter, tras lo que se sucedieron los mensajes de apoyo de compañeros y admiradores.
Aunque la popularidad le llegó como el entrañable ñapas Manolo Jumilla Pandero en las series televisivas Manos a la obra, que se prolongó seis temporadas, y Manolo y Benito Corporeision, el madrileño inició su carrera muchos años antes en el teatro independiente y trabajó en el cine con Pedro Almodóvar en ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984) y Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988).
Además, participó en diferentes ficciones de televisión de gran audiencia como Cuéntame cómo pasó, Pelotas o, más recientemente, Carlos, Rey Emperador. Sin embargo, fue en el cine donde De Andrés desarrolló la mayor parte de su carrera, siendo candidato a un Goya en 1988, como mejor Actor de Reparto, por Batón Rouge.
Su última incursión en la gran pantalla se produjo a las órdenes de David Trueba en Vivir es fácil con los ojos cerrados (2013).
No obstante, antes, había trabajado con directores como Jaime Chávarri, en Las cosas del querer; Gerardo Vera, en La Celestina; Pilar Miró en El perro del hortelano; Carlos Saura en Taxi; Álex de la Iglesia, en 800 balas; José Corbacho y Juan Cruz en Tapas y José Luis Garci en Tiovivo.
EN EL TEATRO. De Andrés brilló también en el teatro y, justo en este ámbito, estaba preparando ahora, junto con Iglesias, un proyecto. Así, éste último reveló que había empezado a escribir una obra para protagonizarla los dos: «Le hacía mucha ilusión que estuviéramos juntos y me estaba esforzando en escribirla. Le llamaba y le consultaba, no sabíamos si finalmente la haríamos, pero estábamos en ello», explicó el actor y director de Un franco, 14 pesetas.
Del mismo modo, en las redes sociales, tanto compañeros de profesión como admiradores lamentaron el fallecimiento del madrileño y le recordaron, sobre todo, por su personaje de Manolo Jumilla, la inseparable pareja laboral de Benito, que interpretó Iglesias.