El auditorio de San Francisco acoge durante dos días, hoy y mañana, unas Jornadas de Igualdad y Violencia de Género organizadas por el Ayuntamiento de Ávila a través de la tenencia de Alcaldía de Servicios Sociales y del Consejo Municipal de Igualdad. «Pretendemos dar respuesta a cantidad de problemas que hoy día se dan relacionados con la igualdad y la violencia de género», señaló durante la inauguración el alcalde de Ávila, José Luis Rivas, que apuntó que el objetivo de actividades como ésta es contribuir a que la sociedad abulense sea «más justa, más igualitaria y que no exista violencia de género».

Patricia Martínez Redondo, antropóloga y educadora social, fue la encargada de abrir estas jornadas con una conferencia en la que habló de la violencia de género en la adolescencia. «Todas las investigaciones y estudios que se están realizando en este sentido, sobre todo a nivel cualitativo, detectan muchos niveles de violencia en las parejas adolescentes, si bien la misma se da en grados distintos que en las personas adultas», explicó la experta, que señaló que entre los adolescentes las relaciones heteroafectivas y sexoafectivas están  «fundamentadas en la subordinación de las mujeres y lo femenino».

Así, apuntó la educadora social que las redes sociales son uno de los ámbitos donde se producen esas expresiones de violencia de género y que de hecho en internet se  da «un acoso diferencial entre chicos y chicas en función de las imágenes que se comparten en la red y que generalmente está relacionado con todo lo que tenga que ver con la sexualidad en el caso de ellas y en el de ellos por no encajar con patrones de masculinidad hegemónicos». Apuntó en este sentido la experta que esa sobreexposición que realizan los jóvenes en las redes sociales, y que forma parte de su proceso de socialización, obliga a «intervenir para que hagan un buen uso de estas tecnologías».

Explicó Martínez Redondo además que los jóvenes «siguen reproduciendo los roles», lo que evidencia que la igualdad a día de hoy en muchos ámbitos no deja de ser un «espejismo». Así, dijo, a pesar de que el mensaje que a día de hoy enarbolan las chicas es «de autonomía» en las relaciones afectivas y sexuales «esa desequivalencia se manifiesta una vez más», una situación que obliga, a jucio de la experta, a «dejar de poner tanto la atención en las víctimas, y en lo que hacen o dejan de hacer, y a poner más el foco en la transmisión de esos valores» que redundan en una agresión de los jóvenes a sus compañeras y en faltas de respeto.