Javier Lostalé: «¡Qué más quisiera uno, a veces, que ser como lo que escribe»

David Casillas
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El poeta madrileño participó en el ciclo 'Los miércoles de la literatura' para presentar su poemario 'El pulso de las nubes'

Javier Lostalé: «¡Qué más quisiera uno, a veces, que ser como lo que escribe»

El poeta y periodista Javier Lostalé llenó una nueva cita del programa ‘Los miércoles de la literatura en el Aula José Hierro’, encuentro al que acudió para presentar su último libro publicado hasta el momento, El pulso de las nubes (Pre-Textos), un poemario que definió como «quizás de los  más depurados y más reflexivos de los míos», debido a que «a medida que pasa el tiempo y se va haciendo uno mayor, la poesía se va haciendo cada vez más esencial, y creo que eso es lo importante, que esté provista de cualquier hojarasca; hay que ir a la raíz, y eso hace que también se vuelva una poesía más reflexiva».

El título del libro, explicó su autor, adelanta de alguna manera su contenido, ya que «el pulso es algo interior pero al mismo tiempo es lo que nos da vida, y luego están las nubes, que son un poco la invisibilidad, o lo que se desvanece, pero que sin embargo existe y tiene pulsación». Y todo ello, añadió, «se transforma en el libro en hablar del secreto, del silencio, del solitario, de aquel que nunca fue llamado por nadie, en hablar también de la humildad..., y es un libro muy reflexivo en donde no se busca que el lenguaje tenga brillo sino que toque, en la medida de lo posible y que uno sea capaz de hacerlo, lo esencial».

Comentó Lostalé que «la relación entre poesía y vida no es exacta, no hay una relación vida-poesía que se corresponda en su totalidad, y yo, de acuerdo con muchos poetas, he defendido que existe una vida autónoma en el poema, que está sólo en el poema y que luego cuando termina uno de escribirlo a veces no tiene una correspondencia exacta con la vida que lleva uno. ¡Que más quisiera uno, a veces, que ser como lo que escribe!, pero no cabe duda de que el autor está también en el poema, y lo importante de la poesía es que sea capaz de que el lector la incardine en su propia vida, por eso yo siempre suelo decir lo que Francisco Brines, que el lector mientras lee un poema va escribiendo otro poema en el aire con su lectura, que no es sino la incardinación en la propia vida de ese poema, y el poema que escribe el lector es la respuesta que da desde su propia vida a lo que el poema le está diciendo».

Y también, siguió citando a Brines, «la poesía es el género en el que se abren grandes espacios de tolerancia, de libertad y de solidaridad, porque un autor que no tenga que ver nada con nosotros, ni ideológica ni sentimentalmente , si escribe un buen poema nosotros asentimos como lectores a ese poema, y ese asentimiento a alguien que piensa de un modo totalmente diferente a como nosotros pensamos es el mayor territorio de la tolerancia».