Ha pasado ya una semana desde que la tierra temblara en Nepal y provocase un devastador terremoto que se ha cobrado, hasta el momento, la vida de al menos 6.800 personas y causado más de 14.000 heridos. Desde entonces, se ha trabajado arduamente por encontrar a miles de desaparecidos de todas las nacionalidades y, en el caso español, sucede lo mismo. Eso sí, con una mayor esperanza, ya que la cifra de ciudadanos patrios cuyo paradero se desconoce se rebajó en apenas un día de 59 a 35, según informó ayer el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo.

Según indicó el político, la razón de este descenso es que el embajador español en Nueva Delhi, que se encuentra ahora en Katmandú, ha tenido autorización de las autoridades nepalíes para consultar las lista de inmigración, lo que permitió determinar que un «número significativo de españoles» que se encontraban en la nación afectada, salieron de ella sin comunicarlo a la embajada.

En el momento del seísmo, se encontraban en Nepal 580 nacionales, de los que 544 ya han sido localizados. 

Además, Margallo apuntó que los cinco miembros del grupo de rescate de intervención de montaña de la Guardia Civil que salieron ayer camino de Katmandú ya se encuentran en Nepal para iniciar hoy las primeras operaciones en la zona de Langtang, donde se encuentran siete españoles desaparecidos. 

Por otro lado, las autoridades cifraron, momentáneamente, en 6.841 las víctimas mortales, si bien se teme que el número continúe aumentando de manera considerable.

Además, un terremoto de maginitud 5,1 en la escala de Richter se registró en el distrito de Gorkha, en el centro del país asiático, provocando varios deslizamientos de tierra en tres zonas distintas de la localidad de Barpak. El temblor solo dejó a una mujer herida, pero dificultó las tareas de rescate de los centenares de efectivos que continúan buscando supervivientes debajo de los escombros.