Luis Ortega carga contra la directiva del Real Ávila en su marcha del club

Alberto Sánchez
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Pérdida de confianza e interferencias. Ortega resaltó que la «pérdida de confianza» entre las partes había llegado a un punto insostenible. Incumplir «lo acordado» o el tema Yassine, tras su regreso al equipo, detonantes.

 

Había cierta expectación por conocer los motivos que habían llevado a Luis Ortega a presentar su dimisión como entrenador del Real Ávila en la noche del miércoles –el propio entrenador quiso remarcar la fecha, pese a que el club lo comunicó el jueves– y el ya ex entrenador del equipo no defraudó en una comparecencia dura por momentos, que desde el club se quiso valorar como «su versión» pero que puede hacer mucho daño en un club que se encuentra en una posición muy delicada.

Acompañado por el vestuario –alguno reconocía después que no se esperaban una rueda de prensa tan dura– y la propia directiva y personas de confianza del club –en la mesa estuvo presente el propio presidente, Carlos Rojas– Luis Ortega no dejó ápice a las dudas y relatando lo que han sido sus cinco meses desde la llegada al Adolfo Suárez puso punto sobre punto los motivos de su salida. Una marcha en la que cargó con dureza contra la directiva encarnada, en especial contra algunas de las personas que la conforman o rodean, y en la que «llegados a este punto, prefiero retirarme a tiempo». Un paso a un lado, o mejor un paso fuera de un club al que llegaba como el «mayor reto de su carrera deportiva» pero que ha decidido abandonar cinco meses después, y 12 jornadas disputadas, por la falta de cumplimiento de los compromisos alcanzados en su momento, la pérdida de confianza mutua entre la propia directiva y la figura del entrenador y las injerencias que «en mi opinión» se han producido, en especial en los últimos días con motivo de la reincorporación de Yassine tras su salida y regreso del equipo.        

Precisamente el divorcio entre entrenador y club ha terminado de fraguarse este fin de semana cuando el técnico, conociendo el regreso de Yassine a Ávila, recuperó al jugador para el equipo para el encuentro ante el Briviesca. «Cuando me enteré que había regresado –se marchó por trabajo y a su regreso no tenía intención de volver al Ávila– le comuniqué a la directiva que iba a jugar. Hablé también con los jugadores.Les expliqué las circunstancias. Sabía que a algunos les molestaría, pero como entrenador estoy para tomar decisiones.Era necesario que estuviera».

Decisión que no fue del agrado de la directiva, alguno de cuyos miembros «quedaron a mis espaldas» con un jugador, en este caso Pindado, «para preguntarle –hay que recordar que Pindado acabó muy molesto con su cambio en la tarde del domingo– qué opinión tienen en el vestuario sobre mí».Una circunstancia que terminó de mermar la confianza del técnico en su directiva. «No soy tonto, y sé por dónde van los tiros» apuntaba a este respecto Luis Ortega, que señaló que «entiendo que el problema no era Yassine, sino quién se quedó fuera de la convocatoria», jugador al que no quiso poner nombre «porque no es plan de hacer leña del árbol caído».

Cesión a Caritas. Era el último punto de un relato que se abría con la otra cuestión que para el entrenador era de vital importancia en su llegada al Real Ávila. Y era el dinero que desde el club debían dar a Cáritas a cambio de la labor que Ortega estaba desempeñando en el club del Adolfo Suárez. «Como entrenador no puedo estar trabajando gratis, por lo que pactamos unas condiciones» que pasaban por un salario de 200 euros, gastos de desplazamiento en caso de tener que viajar para ver rivales o jugadores a otros campos y en especial «que se dieran 300 euros a Cáritas». Un dinero que «a día de hoy no se lo han entregado».

Apuntaba el entrenador que si bien es cierto que lo que le debían en su caso personal, 600 euros, «me lo pagaron» el jueves, quiso poner esta cantidad «a disposición de Caritas».

Señala Ortega que «nunca firmo nada, pero soy una persona de palabra».Por ello «en otra situación incumplir con este hecho hubiera provocado que me hubiera ido».

Confección de la plantilla. Han sido los dos principales puntos a los que se ha agarrado el técnico encarnado, que quiso agradecer a la plantilla «su compromiso», destacando su implicación como «clave» tras una pretemporada e incluso inicio de campaña en la que se encontraron con muchos problemas para terminar de confeccionar el equipo.

«El principal activo del club son los jugadores, que han trabajado como auténticos profesionales».Una plantilla, no obstante, «descompensada» en la que relató que se encontró con muchos problemas el pasado verano para traer jugadores. Gestiones que intentó el propio entrenador pero que no dieron sus frutos. «Me encontré con que ciertos jugadores me dijeron que conmigo iban al fin del mundo, pero que con ciertas personas que estaban en el Real Ávila no estaban dispuestos a jugar» señaló.

Un «chasco» para el entrenador abulense en lo que había calificado como el «reto más importante de mi carrera».Era «la ilusión con la que empecé, con el reto y el compromiso de pelear por el ascenso.Me hubiera gustado trabajar mejor, pero tampoco me quejo».

Si ha seguido al frente del equipo «ha sido por los jugadores», pero lamenta las ‘zancadillas’ con las que se ha venido encontrando desde el primer momento. Asegura que ha tenido que escuchar comentarios «de que mis ideas eran arcaicas», «escuchar de gente de dentro del club que el equipo es una mierda» tras lo ocurrido en el choque ante el Briviesca o que ha pedido jugadores del juvenil para poder completar el partido que disputan entre semana «y que no me los manden» son algunas de las cuestiones añadidas en una relación que se ha terminado por deteriorar hasta el punto de forzar su salida.

«Con todo esto, si yendo terceros me hacen esto, qué me harán si vamos sextos» se preguntaba el ya ex entrenador, que dejaba claro que la situación «se había encallado hasta tal punto» que «no puedo estar ni un minuto más aquí».

Un «cúmulo de cosas» ante el que Luis Ortega prefiere optar por ponerle el punto y final «antes de que pudiera ir a más». En este sentido dejó claro que «prefiero irme yo. Se quedan los jugadores, que son los que ganan o pierden partidos.Deportivamente estamos en una situación fenomenal.La idea era ganar en las próximas jornadas cuatro partidos y jugárnosla en el final de la primera vuelta con el Polideportivo Salas».

Habrá que comprobar hasta qué punto afecta su salida a la plantilla. De momento el club no ha encontrado sustituto.